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“La intensidad de las señales sísmicas sugieren que la erupción en progreso es menor, pero no se descarta que la actividad evolucione a una erupción mayor”, señaló el Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin) en un comunicado.
La noche del sábado, los equipos de monitoreo detectaron una actividad sísmica continua y observaron incandescencia en el cráter, lo que podría generar flujos de lava por las laderas del volcán.
El sábado el volcán ubicado en la región del Biobío empezó a escupir cenizas, y actualmente la columna de gases y cenizas alcanza entre 1 y 1,5 kilómetros de altura, con dirección sureste.
Sin embargo, la Onemi aseguró que por ahora no es necesario evacuar a la población, porque “en caso de aumentar la actividad, el área susceptible de ser afectada por lavas y lahares (un radio de 15 km), no incluye localidades pobladas”.
Los lahares son deslizamientos de barro que ocurren en las laderas de los volcanes por la mezcla de cenizas y agua que expulsan, y que pueden llegar a arrasar poblaciones.
El gobierno de la provincia argentina de Neuquén resolvió ayer mantener en amarillo el alerta que lanzó respecto a la erupción del volcán de 2.965 metros, a pesar de la disminución de la actividad del macizo cuya última erupción data del año 2000. “Hoy (domingo) la actividad del Copahue ha disminuido notablemente, la pluma ha disminuido”, aseguró el alcalde Óscar Mansegosa de Caviahue.