Caos y muerte en intento de golpe de Estado contra el gobierno de Turquía

Un grupo de soldados golpistas afirmó anoche haber tomado el poder en Turquía “para restaurar el orden y la democracia”, en medio de ataques que causaron al menos 42 muertes en Ankara. El gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan aseguró tener todo “bajo control”, pero la situación era aún muy confusa al cierre de esta edición, ya que continuaban los combates.

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ANKARA (AFP y EFE). El primer ministro Binali Yildirim ha ordenado esta madrugada a la Fuerza Aérea atacar los aviones y helicópteros que estaban participando en el intento de golpe de Estado, al cabo de cuatro horas del anuncio del levantamiento militar.

En declaraciones a la emisora CNNTürk, el jefe del Ejecutivo explicó que tanto en Ankara como en la base aérea de Balikesir había aún (al cierre de esta edición) fuerzas rebeldes y que ha ordenado a los aviones estacionados en otros emplazamientos que los ataquen.

Yildirim también aseguró que los responsables de la asonada son unos 40 altos mandos, principalmente coroneles pero entre los que se contaba también un general, que ha muerto durante el golpe.

Además, hay ya unos 130 militares detenidos por su participación en el intento de derrocar al gobierno.

El parlamento en Ankara fue bombardeado por los insurgentes. Un ataque contra un edificio de una unidad de élite policial produjo al menos 17 muertos. En Estambul unos soldados abrieron fuego contra la muchedumbre, causando heridos, constató un fotógrafo de la AFP.

Alrededor de dos horas después del anuncio del golpe, el presidente Recep Tayyip Erdogan pronosticó que ello fracasaría, en una intervención en televisión con teléfono móvil vía FaceTime y llamó a la población a echarse a la calle para resistir. Más tarde aterrizó en Estambul, donde fue recibido por una muchedumbre.

Un grupo de militares golpistas atacó desde un helicóptero un hotel de Marmaris, en la costa egea meridional de Turquía, justo después de que lo abandonara Erdogan, que se hallaba allí de vacaciones.

Los aviones de guerra y helicópteros sobrevolaban la capital. Los golpistas tomaron como rehén al jefe del Estado Mayor, informó la agencia Anadolu.

Las relaciones de Erdogan con el ejército fueron complicadas en el comienzo de sus mandatos como primer ministro porque redujo la influencia de las fuerzas armadas en la política, pero luego alcanzaron un punto de equilibrio.

“Es un levantamiento en el que también participa el Estado paralelo”, dijo Erdogan en referencia al predicador Fetullah Gulen, su enemigo, exiliado en Estados Unidos.

En Estambul, las fuerzas de seguridad bloqueaban las avenidas que llevan a la plaza Taksim y la policía estaba desplegada en las calles.

A favor y en contra

Las televisiones mostraron a muchedumbres congregadas cerca del aeropuerto Ataturk de Estambul para celebrar el intento de golpe de Estado. Otros, en la plaza Taksim, protestaban contra el golpe. Muchos habitantes estaban preocupados o cedían al pánico yendo a los comercios a comprar agua y a los cajeros automáticos a sacar dinero.

Los golpistas publicaron un comunicado en la página web del Estado Mayor de las fuerzas armadas, anunciando una “toma de poder total en el país”.

La acción de los rebeldes tiene como objetivo “asegurar y restaurar el orden constitucional, la democracia, los derechos humanos y las libertades y que prevalezca la ley suprema”, escriben.

“Todos nuestros acuerdos y compromisos internacionales siguen siendo válidos. Esperamos que continúen nuestras buenas relaciones con los otros países” , añade el texto.

La comunidad internacional expresó su preocupación por aquellos hechos.

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