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El tratado en cuestión fue aprobado en el Parlamento boliviano, con suplentes que reemplazaron a los opositores que se retiraron en protesta.El convenio firmado entre Venezuela y Bolivia el 26 de mayo de 2006 contiene puntos propios de una alianza militar defensiva y ofensiva.
Establece inclusive el ingreso de fuerzas militares venezolanas en territorio boliviano para lo que se denomina "gestión de crisis", expresión esta nunca bien aclarada en cuanto a su alcance y a qué situaciones de "crisis" específicas se refiere para que dé derecho a Caracas de incursionar militarmente en Bolivia.
El acuerdo autoriza el ingreso de tropas venezolanas a territorio boliviano para "gestión de crisis" y "desarme y control de armas".
Asimismo, el documento contempla explícitamente la construcción de dos bases militares, pero la intención del presidente boliviano Evo Morales sería llegar a un total de 24", según había dicho, en los casi 7.000 kilómetros de frontera con Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Perú.
Se calcula que el costo de las dos primeras obras será de 49,2 millones de dólares. Las obras serán un puerto en la localidad de Puerto Quijarro, que acortaría la distancia a la salida de Bolivia al mar por el río Paraguay hasta el Río de la Plata, y una base militar en El Prado, en la frontera con Brasil.
El convenio firmado entre Bolivia y Venezuela considera el repotenciamiento del material bélico de las Fuerzas Armadas bolivianas y el mantenimiento de maquinaria pesada del Ejército.
Especialmente la potestad dada a militares venezolanos en intervenir en alguna "crisis" en Bolivia fue duramente criticada por diversos sectores de ese país, que cuestionaron la intromisión de Hugo Chávez en los asuntos internos bolivianos.
En cuanto a la infraestructura militar a ser instalada en la frontera con el Paraguay, oficialmente se mantiene en reserva la información sobre el emplazamiento exacto de varios de los fuertes a ser levantados.
Es más, voceros gubernamentales bolivianos insistieron fervientemente, en un principio, en que el convenio bilateral no contemplaba tales inversiones, versión que fue desmentida por el mismo embajador venezolano.
Por otra parte, el propio presidente boliviano Evo Morales había justificado el aumento del gasto militar que su administración viene realizando sostenidamente desde hace años.
"Es obligación del Gobierno nacional modernizarnos para defendernos si hubiera alguna provocación de algún país vecino", había afirmado el Mandatario socialista durante el aniversario del Colegio Militar del Ejército boliviano.
El Presidente boliviano reivindicó asimismo, los varias veces millonarios créditos en armamento y equipamientos militares acordados con Rusia.
"Tenemos muy avanzados los trámites de un crédito con Rusia. Queremos modernizar, equipar el Ejército con cerca de 100 millones de dólares", había manifestado Morales tiempo atrás.
Posteriormente, el monto de dichos créditos se triplicó, llegando hasta los 300 millones de dólares.
Morales aseguró que ese crédito serviría para fortalecer el Ejército boliviano y que el equipamiento permitirá a Bolivia defenderse de la eventual agresión de "algún país vecino".
En su momento, el mismo embajador ruso en La Paz había ofrecido al gobierno de Morales un completo sistema de misiles.
El crédito ruso se suma a las adquisiciones en material militar también realizadas a China.
Establece inclusive el ingreso de fuerzas militares venezolanas en territorio boliviano para lo que se denomina "gestión de crisis", expresión esta nunca bien aclarada en cuanto a su alcance y a qué situaciones de "crisis" específicas se refiere para que dé derecho a Caracas de incursionar militarmente en Bolivia.
El acuerdo autoriza el ingreso de tropas venezolanas a territorio boliviano para "gestión de crisis" y "desarme y control de armas".
Asimismo, el documento contempla explícitamente la construcción de dos bases militares, pero la intención del presidente boliviano Evo Morales sería llegar a un total de 24", según había dicho, en los casi 7.000 kilómetros de frontera con Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y Perú.
Se calcula que el costo de las dos primeras obras será de 49,2 millones de dólares. Las obras serán un puerto en la localidad de Puerto Quijarro, que acortaría la distancia a la salida de Bolivia al mar por el río Paraguay hasta el Río de la Plata, y una base militar en El Prado, en la frontera con Brasil.
El convenio firmado entre Bolivia y Venezuela considera el repotenciamiento del material bélico de las Fuerzas Armadas bolivianas y el mantenimiento de maquinaria pesada del Ejército.
Especialmente la potestad dada a militares venezolanos en intervenir en alguna "crisis" en Bolivia fue duramente criticada por diversos sectores de ese país, que cuestionaron la intromisión de Hugo Chávez en los asuntos internos bolivianos.
En cuanto a la infraestructura militar a ser instalada en la frontera con el Paraguay, oficialmente se mantiene en reserva la información sobre el emplazamiento exacto de varios de los fuertes a ser levantados.
Es más, voceros gubernamentales bolivianos insistieron fervientemente, en un principio, en que el convenio bilateral no contemplaba tales inversiones, versión que fue desmentida por el mismo embajador venezolano.
Por otra parte, el propio presidente boliviano Evo Morales había justificado el aumento del gasto militar que su administración viene realizando sostenidamente desde hace años.
"Es obligación del Gobierno nacional modernizarnos para defendernos si hubiera alguna provocación de algún país vecino", había afirmado el Mandatario socialista durante el aniversario del Colegio Militar del Ejército boliviano.
El Presidente boliviano reivindicó asimismo, los varias veces millonarios créditos en armamento y equipamientos militares acordados con Rusia.
"Tenemos muy avanzados los trámites de un crédito con Rusia. Queremos modernizar, equipar el Ejército con cerca de 100 millones de dólares", había manifestado Morales tiempo atrás.
Posteriormente, el monto de dichos créditos se triplicó, llegando hasta los 300 millones de dólares.
Morales aseguró que ese crédito serviría para fortalecer el Ejército boliviano y que el equipamiento permitirá a Bolivia defenderse de la eventual agresión de "algún país vecino".
En su momento, el mismo embajador ruso en La Paz había ofrecido al gobierno de Morales un completo sistema de misiles.
El crédito ruso se suma a las adquisiciones en material militar también realizadas a China.