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MARISCAL ESTIGARRIBIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). Los pozos y cráteres del tramo que une esta comunidad con La Patria tienen dimensiones gigantescas. En la zona es imposible transitar a una velocidad superior a los 40 kilómetros por hora.
La vía forma parte del corredor bioceánico y colapsó ya durante su construcción entre los años 2004 y 2007. La obra fue licitada en 2001 por 32,5 millones de dólares.
En la primera sección del tramo de 64 km trabajaron el Consorcio Ingaer-Decypar, representado por Leoncio Rojas Molinas, Federico Manzano y Ángel Carrascosa, y desde el Km 64 al 122 el Consorcio Boquerón (CDD Construcciones SA, Vialtec SA y Constructora Atilio Heisecke), representado por César Daniel Delgado, Carlos José Ortellado Fernández y José Luis Heisecke Ricciardi.
Ya durante la construcción fue duramente criticada por ser el modelo más económico de estructura vial, con una base de suelo cementado y una capa asfáltica de 2,5-3 cm, solo en la superficie, quedando como una alfombra negra. Poco después aparecieron baches, pero no profundos.
Actualmente, solo quedan algunos “pedazos” de asfalto. Los baches son profundos, por lo que los choferes prefieren circular en los costados de la vía, donde hay solo arena.
Cuando llueve, la ruta queda embarrada como un camino vecinal de difícil acceso para vehículos que no sean 4x4 y resulta impracticable para motociclistas.
Numerosas “reparaciones”, que solo consisten en bacheos superficiales, trituración de la capa asfáltica y raspaje de la base con arados se realizan para hacer transitable el trayecto.
Nueva reparación
Ayer –después de dos meses de interrupción por el cambio de gobierno– se reanudaron las obras con un equipo de trabajo de cuatro personas del Distrito 17 del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Realizaban la nivelación de la vía con ayuda de una pala excavadora, una motoniveladora, dos cisternas y un tanque para combustible de 3.000 litros, pero que solo contenía 1.000 litros, según los maquinistas.
Los obreros dijeron que la cantidad de combustible alcanzará “con suerte” hasta el viernes.
Llenaron los cráteres con tierra y después nivelaron. El chofer de la motoniveladora dijo que debe estar muy atento pues si el cuchillo de la máquina toca el asfalto, enseguida lo rompe y deberán interrumpir el trabajo.
La arena necesita riego constante para compactar y no levantar polvo y los maquinistas indicaron que es casi imposible conseguir el líquido. Lamentaron que no cuentan con viático y “aquí a este tramo nadie quiere venir”.
La única solución valedera es una reconstrucción. Los constantes “parches” no son más que un derroche de dinero.