Trabajos en el Pilcomayo se realizan para decir que se está haciendo algo

En los sectores La Chaqueña y Margariño no se ahorran calificativos para cuestionar el trabajo que lleva adelante la Comisión del Pilcomayo. La rehabilitación de la cañada La Madrid es precaria en extremo, así como la limpieza de cauces menores. Esto lleva a presagiar graves problemas cuando las aguas del Pilcomayo ingresen en la región. Al no existir un cauce adecuado para la conducción de las aguas, el río desborda e inunda áreas que habitualmente no riega, destruyendo todo a su paso.

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La Comisión Nacional del Pilcomayo lleva tres semanas trabajando en la rehabilitación de cauces naturales en los sectores de La Chaqueña y Margariño, situados a unos 80 kilómetros al norte del fortín General Díaz, departamento de Presidente Hayes.

En este sector la cañada La Madrid se encuentra completamente colmatada; un inmenso arenal terminó por cubrir el cauce y el nivel quedó igualado con la ribera.

La Madrid prácticamente desapareció y solo es reconocible porque aún queda libre de arbustos.

Recuperar La Madrid es un trabajo titánico pero inevitable si el objetivo es asegurar el ingreso del Pilcomayo hasta General Díaz.

Una tarea de estas dimensiones requiere de tiempo suficiente, y tiempo es precisamente lo que no tiene a su favor la Comisión Nacional del Pilcomayo.

Ante esta realidad comenzó a limpiar cauces menores que corren paralelos a la cañada, con la esperanza de que puedan ser suficientes para conducir al río.

Los pobladores ven con temor el trabajo que se lleva a cabo: ”Son cauces pequeños, no son suficientes para dirigir toda el agua que llega con las crecidas. El resultado es que el río rebosa e inunda todos los campos, casas, pasturas. Arrasa con todo a su paso”.

Esta información fue proporcionada por la señora Nirma Servín Vda. de Kennedy, titular de la comisión vecinal rural “La Chaqueña”.

Cuestionamiento a los trabajos

Los vecinos anuncian un fenómeno que debieron enfrentar el año pasado, cuando sucedió exactamente lo mismo: “Ya nos pasó esto, fue un problema gravísimo. Tuvimos meses de aislamiento, animales muertos, daños en infraestructuras. Se llegó a tal punto que ni siquiera un helicóptero pudo aterrizar el año pasado porque no había nada seco”.

La comisión vecinal informó del riesgo a los técnicos de la comisión del Pilcomayo sin resultado favorable alguno.

Todo se lleva a cabo con la misma irresponsabilidad del año pasado; el resultado será similar, que es el punto que desespera a pobladores de La Chaqueña y Margariño.

Esta situación se repite porque empezaron tarde los trabajos: “Hace tres semanas que están con sus máquinas por la zona, esto debieron hacerlo en el mes de junio, no ahora, cuando las lluvias empezaron y las crecidas del río se vienen encima nuestro”, agregó la presidenta de la comisión vecinal rural.

Para decir que hacen algo

En opinión de la señora Nirma Servín, las tareas que tienen lugar en este momento se llevan a cabo para decir que se está haciendo algo.

“Lo que hacen no sirve para nada –agregó–, apenas si están limpiando el cauce pero la arena queda todo dentro. Cuando venga el agua, caerá de nuevo en el lecho”.

Otro detalle mencionado fue el siguiente: “No abrieron un camino lateral para seguir al equipo vial, por lo tanto no tienen forma de repasar el trabajo o mejorar la terminación. Simplemente van para adelante buscando llegar al lugar conocido como Catán”.

La rehabilitación del canal se limita a una profundización de dos metros con un ancho de siete metros, quedando la arena dentro del conducto.

El Ministerio de Obras Públicas y la Comisión del Pilcomayo son responsables de una situación que nunca debió pasar.

roque@abc.com.py

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