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LIMPIO (Juan Jara, corresponsal). El aumento del nivel del río Paraguay hizo que sus afluentes, el riacho San Francisco y el arroyo Itay, registren el desborde de sus cauces naturales. Esa situación preocupa a los vecinos de las urbanizaciones Costa Azul y Villa Jardín, porque en la zona están instaladas dos plantas privadas de tratamiento de residuos cloacales.
Una de las empresas es “San Rafael”, propiedad de Blanca Bogarín, que además de residuos cloacales domiciliarios se dedica al tratamiento de líquidos industriales peligrosos y tóxicos, según informes de la Secretaría del Ambiente (Seam). La planta de tratamiento se encuentra a metros del cauce del Itay, que está desbordado e inundó las inmediaciones del predio.
A pesar de esta alarma, la firma continúa operando con normalidad, recibiendo los camiones cisternas, se quejaron los vecinos.
La otra planta es “Desapar”, de Julio Ariel Aguilar y Dionisio Amarilla. Está ubicada a metros de la desembocadura del arroyo Itay en el riacho San Francisco, y no contaría con permiso de la Seam, por lo que opera con una medida judicial.
El establecimiento está bajo agua, por lo que no se observa ningún tipo de trabajo en el lugar. Además, su acceso está inundado y rodeado de basura.
El intendente limpeño, Carlos Néstor Palacios Ocampos (ANR), expresó su preocupación por el funcionamiento de las dos plantas a metros de los cauces hídricos. Afirmó que ambas plantas de tratamiento no cuentan con permiso municipal para funcionar y aseguró que su administración está buscando los mecanismos para evitar que se produzca un desastre ambiental en caso de aumentar el nivel de los cauces hídricos e inunde completamente la zona.
“Estamos interviniendo con nuestro departamento de Medio Ambiente. Queremos dar la seguridad a la población”, señaló Palacios.
Agregó que otra planta de tratamiento de efluentes cloacales, ubicada en la ribera del arroyo Damián y cuya administración está a cargo de la Comuna, también colapsó y necesita urgente intervención.