SALTO DEL GUAIRA (Rosendo Duarte, corresponsal). El fiscal Arnaldo Giuzzio descartó que el caso de coima que involucraría a los dos fiscales de la unidad zonal de esta ciudad, Ramón Trinidad Zelaya y Geraldino Cazal, así como a la asistente fiscal de este último, Angela Ferreira, quede en la impunidad.

El agente anticorrupción señaló que esperan recibir esta y la próxima semana varios informes de cruces de llamadas, así como la desgrabación de conversaciones que obtuvieron durante la investigación del hecho, para poder imputar a los responsables.

El más involucrado en el hecho sería el fiscal Ramón Trinidad Zelaya, quien había firmado la resolución para la devolución de un camión robado en el Brasil y que a cambio supuestamente fue solicitada la suma de 5.000 dólares de coima.

En la Inspectoría General del Ministerio Público fue abierto un sumario administrativo que involucra a los tres implicados. Esta instancia tiene 60 días para expedirse sobre el caso y de comprobarse la culpabilidad de los investigados, podrían ser desvinculados del Ministerio Público.

En la instancia penal la única imputada y con prisión domiciliaria decretada es la asistente fiscal Angela Ferreira, quien fue detenida in fraganti al recibir la suma de 5.000 dólares de parte de un agente de seguros del Brasil.

Ferreira, antes de recibir el dinero, dijo a la víctima que el dinero sería repartido entre los fiscales Zelaya y Cazal, a G. 10 millones cada uno, y que el resto sería para los funcionarios.

Sin embargo, en su declaración oficial cambió su versión porque estaría siendo presionada para que no involucre a los agentes del Ministerio Público. Ferreira habría recibido promesa de ayuda del fiscal Zelaya en el proceso que se le sigue a cambio de su silencio. Sin embargo, en una de las grabaciones que se realizaron con autorización judicial ya le comprometió lo suficiente como justificar una imputación.

El procedimiento del fiscal anticorrupción Arnaldo Giuzzio se realizó en la madrugada del pasado 18 de noviembre en la frontera seca, donde se consumó la aprehensión de la asistente fiscal, al recibir los 5.000 dólares de coima. Posteriormente, Ferreira se dirigió hasta la casa del fiscal Zelaya para entregarle el dinero, pero evitó hacerlo, por la que el fiscal Giuzzio no pudo obtener la flagrancia en contra del agente.