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Durante un año nuestro diario junto al Consorcio Internacional de Periodistas, ICIJ por sus siglas en inglés investigó el negocio del cigarrillo y las reveladoras cifras fueron publicadas en el mes de junio en dos suplementos en Paraguay y en varios medios de comunicación del mundo: Paraguay surte el 10% del mercado mundial del contrabando de cigarrillos y el 20% del mercado brasileño. Nuestro país no exporta legalmente ni un solo pabilo al Brasil, pero son los cigarrillos paraguayos los que ocupan el primer lugar en productos de contrabando confiscados por la Receita y la Policía Federal.
De acuerdo a cálculos de la prestigiosa CIET (Centro de Investigación para la Epidemia del Tabaquismo, con sede en Canadá) en el 2006 Paraguay fabricó unos 68.000 millones de cigarrillos, cuando el consumo interno de nuestro mercado es de apenas 3.000 millones de cigarrillos; es decir, la producción superaba en ese entonces más de 20 veces el consumo del mercado paraguayo. En la investigación se probó que el 90% de esta producción equivalente a unos 1.000 millones de dólares se pierde en el mercado negro, con una alta evasión impositiva admitida por el propio Gobierno paraguayo.
Nuestras publicaciones demostraron el modus operandi, los nombres y la gran impunidad que envuelven al negocio. Algunos cargamentos han caído en lugares tan distantes como Irlanda o Rumania, pero son Brasil y Argentina el destino de los principales cargamentos. Tanto autoridades argentinas como brasileñas confirmaron grandes incautaciones de cigarrillos paraguayos de contrabando pertenecientes a varias tabacaleras.
La capacidad instalada en maquinarias en el Paraguay trepa a unos 100.000 millones de cigarrillos anuales, admitió en su momento el ex ministro del MIC Martín Heisecke. El viceministro de Tributación, Gerónimo Bellasai, por su parte, confirmó una gran evasión impositiva, mientras el titular de Aduanas, Carlos Ríos, admitió una lucha despareja.
Cabe recordar que la ruta donde fue encontrado este último cargamento (salieron a través de Pindoty Porã) es la misma donde una unidad de Aduanas, el Detave, halló este año un cargamento de unas 4.000 cajas de cigarrillos, es decir, unos 4 millones de pabilos.
Los funcionarios que participaron del operativo fueron todos removidos de sus cargos y recientemente la mercadería que fue confiscada fue devuelta tras el pago de una póliza. Este último hallazgo, que el Brasil califica como el más grande de toda su historia, salió nuevamente del Paraguay y por el mismo camino anterior sin que nadie lo viera.
De acuerdo a cálculos de la prestigiosa CIET (Centro de Investigación para la Epidemia del Tabaquismo, con sede en Canadá) en el 2006 Paraguay fabricó unos 68.000 millones de cigarrillos, cuando el consumo interno de nuestro mercado es de apenas 3.000 millones de cigarrillos; es decir, la producción superaba en ese entonces más de 20 veces el consumo del mercado paraguayo. En la investigación se probó que el 90% de esta producción equivalente a unos 1.000 millones de dólares se pierde en el mercado negro, con una alta evasión impositiva admitida por el propio Gobierno paraguayo.
Nuestras publicaciones demostraron el modus operandi, los nombres y la gran impunidad que envuelven al negocio. Algunos cargamentos han caído en lugares tan distantes como Irlanda o Rumania, pero son Brasil y Argentina el destino de los principales cargamentos. Tanto autoridades argentinas como brasileñas confirmaron grandes incautaciones de cigarrillos paraguayos de contrabando pertenecientes a varias tabacaleras.
La capacidad instalada en maquinarias en el Paraguay trepa a unos 100.000 millones de cigarrillos anuales, admitió en su momento el ex ministro del MIC Martín Heisecke. El viceministro de Tributación, Gerónimo Bellasai, por su parte, confirmó una gran evasión impositiva, mientras el titular de Aduanas, Carlos Ríos, admitió una lucha despareja.
Cabe recordar que la ruta donde fue encontrado este último cargamento (salieron a través de Pindoty Porã) es la misma donde una unidad de Aduanas, el Detave, halló este año un cargamento de unas 4.000 cajas de cigarrillos, es decir, unos 4 millones de pabilos.
Los funcionarios que participaron del operativo fueron todos removidos de sus cargos y recientemente la mercadería que fue confiscada fue devuelta tras el pago de una póliza. Este último hallazgo, que el Brasil califica como el más grande de toda su historia, salió nuevamente del Paraguay y por el mismo camino anterior sin que nadie lo viera.