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CAACUPÉ, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Una de las directivas que el papa Francisco dejó los obispos durante su visita a nuestro país, en julio de 2015, fue la conformación de tribunales eclesiásticos para anulación de matrimonios en todas las diócesis de nuestro país, según explicó el obispo diocesano de Caacupé, monseñor Claudio Giménez.
Precisamente, la diócesis de Caacupé una de las primeras en contar con un tribunal. Fue integrado el jueves 25 de agosto último por dos jueces, un fiscal, un defensor del vínculo, un promotor de justicia y una notaría judicial.
Se suma a la Arquidiócesis de Asunción, que era la única que contaba con un tribunal que era la encargada de estudiar todos los casos de nuestro país. En cada diócesis se tenían sacerdotes encargados de recibir los pedidos de anulación y eran una especie de nexo con el órgano eclesiástico de la Arquidiócesis. En Caacupé, el encargado de guiar sobre los requisitos y enviar los casos a la capital fue durante muchos años monseñor Óscar Riquelme, hoy ya jubilado.
En un acto solemne juraron como jueces eclesiásticos el Pbro. Aparicio Cáceres y el Dr. Carlos Cano, especializado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia Lateranense y el Instituto Giovanni Paolo II con asiento en Roma, Italia. Además, el Pbro. Eugenio Marín, vicario judicial que realiza las funciones de un fiscal; el defensor del vínculo es el rector de la Basílica menor de Caacupé, Pbro. Arnaldo Godoy; el promotor de Justicia es el Pbro. Jorge Giménez y la notaría está a cargo de la Dra. Rosa Ortega de Cano, quien tiene la misma especialización de su marido, Dr. Carlos Cano.
El padre Marciano Toledo, secretario canciller de la diócesis de Caacupé, ofició como firmante del decreto de conformación del tribunal.