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PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal). La actividad en la Ruta 4 General José Eduvigis Díaz es intensa y sin pausas. Como en todas las obras viales, la tarea de reconstrucción se realiza bajo un sol que no se apiada de los trabajadores. Este trabajo duro y riesgoso “no es para cualquiera”, y los que lo realizan manifiestan que es solo para “machos”.
Muchos son los varones que abandonan la actividad tras probar el rigor de la tarea. Sin embargo, las “kuña paraguái”, al decir de los empresarios, en poco tiempo ya sobresalen por su eficiencia en los trabajos.
La ignaciana Eulogia González es una de las damas que asumió el desafío de romper preconceptos y domar un inmenso camión triple eje, que transporta en cada viaje unas 30.000 toneladas de piedra a la zona de obras. A pesar de su frágil contextura física, ella y otras tres compañeras forman parte del equipo de choferes de la constructora T & C, que repara la Ruta 4.
Recuerda que unos meses atrás recibió la propuesta de integrarse al duro trabajo en la obra. “Sin dudarlo acepté el desafío, ya manejaba otros vehículos de menor porte y me convencí a mí misma de que era capaz de hacerlo”, dijo.
Comentó que para adaptarse rápidamente a la exigente actividad es muy importante el apoyo de los compañeros. Agradeció la confianza de los empresarios e indicó que los automovilistas que transitan la vía siempre muestran su sorpresa por verlas manejando estos enormes vehículos. Recordó como anécdota que en una ocasión dos conductores se bajaron de su automóvil increpándola por estar al mando del inmenso volquete. “Simplemente les contesté que yo tengo manos y pies, como ellos. Y seguí realizando mi tarea ante el asombro de estos conductores”, recordó.
Otra de las damas incorporadas a esta difícil tarea es Lilian Cantero. También en su caso ya había tenido la experiencia de manejar vehículos, pero todos de menor tamaño. “Nunca temí a los desafíos, y aunque jamás estuve al mando de un camión tan grande, con la ayuda de los instructores, rápidamente me adapte a las dimensiones y las grandes diferencias que tienen estos vehículos que transportan materiales en la zona de obras”, afirmó.
Calificó de emocionante la sensación al estar manejando y que todos lo vean como algo novedoso. “Los automovilistas se quedan a mirar, hacen señas de luces, tocan la bocina. Es una experiencia fantástica, eleva el autoestima y nuestro ego, lo que nos hace sentir muy bien”, significó Lilian.
Valoró la decisión de los directivos de la empresa de darles esta oportunidad. Aclaró, sin embargo, que a pesar del buen trato que reciben, las exigencias para las conductoras son las mismas que las de los choferes varones. “Debemos estar muy atentas, cuidando el camión y nuestra carga. Cualquier movimiento brusco puede causar un accidente y eso debemos evitarlo”, dijo.
Alentó a sus congéneres a aceptar esta clase de desafíos y que “nunca digan que es imposible”. Nosotras somos la prueba de que se puede y estamos muy felices y realizadas con nuestro trabajo”, sostuvo orgullosa.
Sandra Mariela Griffith trabaja como apuntadora llevando los números de las tareas que realizan hombres y máquinas. Destacó un muy buen ambiente de trabajo y el apoyo que siempre reciben de sus compañeros.
Carmen González (banderillera) señaló que es un trabajo que requiere de cierto sacrificio, pero que da la oportunidad de tener un salario justo y abre una posibilidad de que la mujeres ocupen un espacio que antes solo estaba reservado para los varones.
Eficientes y “ahorrativas”
El Ing. Francisco Griñó, representante de T&C SA, afirmó que los directivos están muy conformes con el rendimiento de las féminas. Refirió que las contrataciones se dieron a partir de experiencias internacionales y una propuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que dieron a conocer antecedentes exitosos en otros países. Esta novedosa incorporación está dando muy buenos resultados y las damas son muy eficientes en sus tareas, tanto las que trabajan como banderilleras, apuntadoras como las que manejan volquetes. Dijo que el prudente manejo hace que se observe un ahorro en el combustible y las máquinas son mejor cuidadas.