Lo poco que hay del río no ingresa en nuestro Chaco

VILLA MONTES, Bolivia. El caudal del Pilcomayo registró ayer una nueva disminución. Autoridades bolivianas presagian un segundo año consecutivo de seca.

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Las lluvias en la naciente del río no son suficientes para generar crecidas que cubran la planicie chaqueña. En Paraguay, la Comisión Nacional del Pilcomayo no previó una embocadura para aguas bajas en el canal.

Ayer, de nuevo el caudal del Pilcomayo registró una disminución.

De acuerdo a datos de la Comisión Trinacional del Pilcomayo, la disminución tiene lugar a lo largo de toda la cuenca del río.

La falta de agua es consecuencia de lluvias insuficientes en las montañas bolivianas; el río Pilcomayo se alimenta de las precipitaciones.

En la estación de medición situada en Villa Montes la lectura de caudal indicó 138 metros cúbicos por segundo de agua; el lunes fue de 140 metros cúbicos por segundo.

Las autoridades bolivianas ya no esperan lluvias suficientes para que se tengan picos de crecientes; en lo que va del verano, apenas se alcanzaron 450 metros cúbicos de caudal.

Lo usual es que en la temporada de lluvias se tengan extremos que lleguen a los 2.000 metros cúbicos por segundo.

El Ing. Robert Ruiz Ordoñez, subgobernador de Tarija, con oficina en Villa Montes, no duda en afirmar que la región tendrá un segundo año consecutivo de sequía.

Lo poco que hay de agua en el Pilcomayo, no ingresa en el Chaco paraguayo: el río se dirige exclusivamente a territorio argentino.

En los últimos dos años, las autoridades formoseñas trabajaron duro para mejorar el funcionamiento del canal argentino, resultado de esta gestión es el éxito.

En el lado paraguayo, en cambio, reina la improvisación, la ineficiencia y la mediocridad.

Para comparar, a lo largo del gobierno de Fernando Lugo el Pilcomayo ingresó generosamente en nuestro territorio.

En la administración de Federico Franco comenzaron los problemas por falta de continuidad en las tareas y con Horacio Cartes cumplimos dos años consecutivos sin agua suficiente.

El Ministerio de Obras Públicas y la Comisión Nacional del Pilcomayo comparten la responsabilidad del fracaso en rehabilitar el canal paraguayo.

El argumento de que se presenta una situación natural por la falta de lluvias es falso: no se previó un caudal de aguas bajas y se diseñó el canal paraguayo para actuar con aguas altas.

Los técnicos de la comisión del Pilcomayo trabajaron en el diseño de un canal que pudiera funcionar con caudales superiores a los 800 metros cúbicos por segundo.

El conducto está inoperativo porque hasta el momento no se logró superar ni siquiera la mitad del caudal aguardado.

La velocidad y energía del río pueden ser suficientes para abrir cauces, pero el resultado depende de cómo se proyecta la inclinación del terreno en el momento de la limpieza de los conductos.

Nunca imaginaron que el río volvería a registrar una bajante y se limitaron a hacer aperturas mínimas esperando que el Pilcomayo imprimiera la fuerza suficiente para abrirse camino hacia el fortín General Díaz.

Esperaban que el río haga el trabajo que no hicieron los técnicos y empresas contratadas. Esto sucedió porque los trabajos empezaron tarde y no les alcanzó el tiempo.

roque@abc.com.py

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