Cargando...
El sacerdote salesiano Livio Fariña, italiano, fue el propulsor de la obra en el año 1920, que concluyó recién en 1965 a instancias de Mons. Angel Muzzolón.
FUERTE OLIMPO, Dpto. de Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). La catedral está edificada en honor a la Virgen María Auxiliadora y representa todo un símbolo para la población de esta ciudad y de Alto Paraguay.
Según los antiguos pobladores, la construcción se constituyó en un desafío, ya que demandó un gran esfuerzo económico y años de sacrificio para los pobladores que se encargaron de su inicio en 1920. Sin embargo, el ideólogo de la obra, el sacerdote salesiano Livio Fariña, oriundo de Italia, no se rindió ante la situación.
No obstante, los trabajos se paralizaron y recién en 1949 con la llegada del gran benefactor del Chaco, el uruguayo Mons. Angel Muzzolón, se pudo continuar y realizar la habilitación oficial en 1965.
A puro pulmón se tuvo que desmontar primeramente uno de los cerros menores de la comunidad para luego comenzar la edificación que fue ideada por el sacerdote y arquitecto Livio Fariña.
Don Mariano Abreu, poblador del lugar, comentó que su padre le relataba la manera sacrificada como los moradores realizaban los trabajos de la fastuosa obra.
La arena era transportada desde de las orillas del río Paraguay en costas de territorio brasileño, a unos 700 metros del centro de esta capital departamental. Utilizaban canoas para trasladar a la orilla del lado paraguayo y luego a pulso las personas procedían a llevarlo hasta la cima. El agua era acarreada con el mismo sistema.
Debido al alto costo que demandó la obra y al no conseguir los recursos necesarios, los trabajos se paralizaron por varios años.
Con la llegada de Mons. Angel Muzzolón, primer obispo del Chaco, de origen uruguayo, se pudo continuar la obra. El emblemático pastor católico consiguió en el exterior el dinero que faltaba para terminar los trabajos.
La "esbelta catedral", como la definió el Mons. Alejo Ovelar, fue oficialmente inaugurada en el año 1965.
En el interior del templo descansan los cuerpos de los dos primeros obispos, Angel Muzzolón y Alejo Ovelar.
Anécdota
Simeón Montero fue uno de los maestros constructores, que tuvo gran participación para la terminación del templo. Precisamente, cuando la edificación estaba llegando a su etapa de culminación, este obrero sufrió un accidente al caer de la torre del campanario de unos seis metros de altura.
Cuando sus demás compañeros acudieron para auxiliarlo, se levantó sin dificultad alguna para sorpresa de todos. Les dijo a sus ayudantes que nada le pasó, puesto que la Virgen María Auxiliadora quería que primero terminara su templo.
Don Simeón, como se lo recuerda en la comunidad, falleció casi un año después de culminar la catedral.
Según los antiguos pobladores, la construcción se constituyó en un desafío, ya que demandó un gran esfuerzo económico y años de sacrificio para los pobladores que se encargaron de su inicio en 1920. Sin embargo, el ideólogo de la obra, el sacerdote salesiano Livio Fariña, oriundo de Italia, no se rindió ante la situación.
No obstante, los trabajos se paralizaron y recién en 1949 con la llegada del gran benefactor del Chaco, el uruguayo Mons. Angel Muzzolón, se pudo continuar y realizar la habilitación oficial en 1965.
A puro pulmón se tuvo que desmontar primeramente uno de los cerros menores de la comunidad para luego comenzar la edificación que fue ideada por el sacerdote y arquitecto Livio Fariña.
Don Mariano Abreu, poblador del lugar, comentó que su padre le relataba la manera sacrificada como los moradores realizaban los trabajos de la fastuosa obra.
La arena era transportada desde de las orillas del río Paraguay en costas de territorio brasileño, a unos 700 metros del centro de esta capital departamental. Utilizaban canoas para trasladar a la orilla del lado paraguayo y luego a pulso las personas procedían a llevarlo hasta la cima. El agua era acarreada con el mismo sistema.
Debido al alto costo que demandó la obra y al no conseguir los recursos necesarios, los trabajos se paralizaron por varios años.
Con la llegada de Mons. Angel Muzzolón, primer obispo del Chaco, de origen uruguayo, se pudo continuar la obra. El emblemático pastor católico consiguió en el exterior el dinero que faltaba para terminar los trabajos.
La "esbelta catedral", como la definió el Mons. Alejo Ovelar, fue oficialmente inaugurada en el año 1965.
En el interior del templo descansan los cuerpos de los dos primeros obispos, Angel Muzzolón y Alejo Ovelar.
Anécdota
Simeón Montero fue uno de los maestros constructores, que tuvo gran participación para la terminación del templo. Precisamente, cuando la edificación estaba llegando a su etapa de culminación, este obrero sufrió un accidente al caer de la torre del campanario de unos seis metros de altura.
Cuando sus demás compañeros acudieron para auxiliarlo, se levantó sin dificultad alguna para sorpresa de todos. Les dijo a sus ayudantes que nada le pasó, puesto que la Virgen María Auxiliadora quería que primero terminara su templo.
Don Simeón, como se lo recuerda en la comunidad, falleció casi un año después de culminar la catedral.