Joven víctima de acoso sexual está indignada por postura de arzobispo

La víctima del acoso sexual por parte del expárroco de Limpio Pbro. Silvestre Olmedo, Alexandra Torres (20), manifestó estar indignada por las declaraciones del arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela. Lamentó que este religioso minimice el hecho como un simple acto indecoroso.

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LIMPIO (Rocío Portillo, corresponsal).La joven Alexandra Torres (20), quien denunció al expárroco de esta ciudad, Pbro. Silvestre Olmedo, por acoso sexual, expresó que las declaraciones del arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, le generan una gran indignación. Días atrás este religioso, mediante un comunicado y en una entrevista, minimizó el hecho y lo calificó como “un acto indecoroso, un acto no grave”.

La denunciante, que era coordinadora de la Pastoral Juvenil, volvió a relatar que presentó su denuncia en la fiscalía zonal por acoso y coacción sexual, porque inicialmente el padre Olmedo le manifestaba su interés por ella con palabras, y considerando esa situación trató de evitar estar cerca de él, pero el 21 de setiembre el clérigo aprovechó que se encontraba sola en la secretaría parroquial para manosearla en la espalda y el pecho, aseguró.

“Primero me decía que era linda, me acariciaba el pelo y ya me incomodaba. Como trabajo muy de cerca con los temas juveniles, traté de evitar lo más que pude la proximidad con el sacerdote, pero una tarde que fui a redactar una nota a la secretaría de la casa parroquial, él se me acerca por la espalda, me acaricia y luego va hacia mi pecho”, relató.

Expuso el caso ante los integrantes de la Pastoral Juvenil en una asamblea extraordinaria. Como resultado, los más antiguos de la agrupación le aconsejaron que informe el caso ante monseñor Dionisio Echagüe, titular del Decanato 9, con sede en Luque y del cual depende la parroquia San José de Limpio.

Señaló que el 27 de setiembre recurrió a Echagüe y el sacerdote solicitó que se labrase un acta para dejar constancia de lo que sucedió. Le aseguró que inmediatamente tomaría cartas en el asunto con las personas indicadas. El 30 de noviembre el sacerdote Óscar González se acercó a la parroquia San José de Limpio y pidió hablar con la joven, pero ella se rehusó a atenderlo y solicitó hablar con el arzobispo Edmundo Valenzuela.

El 1 de diciembre González convoca a Alexandra Torres a una reunión con el arzobispo Valenzuela para el viernes 2 de diciembre. Acudió y el prelado ya estaba al tanto de todos los antecedentes del caso que le afectan, aseguró la joven.

Silencio

Valenzuela se llamó a silencio tras los primeros días de la escandalosa denuncia. Recién el 8 de diciembre concedió una entrevista a nuestro diario y dijo en ese entonces que recién el 4 de diciembre recibió la denuncia firmada por la joven y por el coordinador pastoral de San José de Limpio, Gustavo Benítez.

El 5 de diciembre, cuando llamamos a Olmedo, este respondió: “No voy a hablar con nadie, menos con la prensa. Esto es un tema personal y no tengo por qué comentarte nada”.

“Piedrita”

Mediante una nota dirigida a los jóvenes de la Pastoral Juvenil de Limpio el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, pidió “no hacer de una piedrita, una montaña” al aludir a la denuncia por acoso hecha por Alexandra Torres en contra del expárroco de Limpio Silvestre Olmedo. En la misiva les informa que el cura “aceptó reparar el daño moral, mediante los ejercicios espirituales...”.

Valenzuela luego explicó la comparación diciendo que el acoso a una persona mayor de edad sería una “piedrita”, mientras el abuso de menores sería una montaña. “Fue un gesto indecoroso, una falta no grave”, dijo el religioso.

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