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FUERTE OLIMPO, Dpto. de Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). El primer gran volumen de lluvia se registró el 12 de marzo pasado en Alto Paraguay. Este hecho hizo que se inundaran varios tramos considerados críticos en los cuales no se realizaron eficientes trabajos de reparación, y como consecuencia dejó a los pobladores de comunidades como Bahía Negra, Toro Pampa y otros, completamente aislados por tierra.
Una pequeña pausa de las precipitaciones permitió que el 17 de abril pasado personales del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Asociación de Caminos y el Comando de Ingeniería lograran rehabilitar el camino. Sin embargo, los trabajos fueron a los apurones y en forma precaria para poder permitir la circulación de vehículos al menos durante la Semana Santa.
En varios tramos se procedieron a hacer los famosos encajonamientos, que consiste en secar de agua y barro los lugares críticos y formar muros de tierras a ambos costados a fin de evitar que las aguas de los alrededores puedan ingresar.
Los vehículos pudieron circular en estas condiciones solo unos pocos días, porque al registrarse nuevas lluvias los caminos se convirtieron en verdaderos riachos.
Ante esta situación, unos 16 niños y jóvenes de la comunidad de María Auxiliadora experimentaron un verdadero vía crucis para poder llegar a la escuela con internado Ñu Apu’a, luego de pasar la Semana Santa con sus familiares. Regresaron a la institución en tractores, único medio de transporte que puede atravesar los caminos en pésimas condiciones de la zona, arriesgando sus vidas.
La población dista unos 80 kilómetros de la escuela Ñu Apu’a, que administra el Vicariato Apostólico del Chaco y está a 90 kilómetros del centro urbano de Fuerte Olimpo, en pleno monte.
Caminos alternativos
La necesidad de trabajar o conseguir mercaderías para reabastecer los comercios obliga a los pobladores de algunas de las comunidades a buscar caminos alternativos cruzando por establecimientos ganaderos privados. Sin embargo, muchas veces dependen del permiso del propietario del inmueble porque al ser vías privadas los dueños cuidan para evitar la destrucción.