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CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional).Mediante un escueto comunicado divulgado en la red social de Facebook, la diócesis de esta comunidad altoparanaense informó ayer que el cuestionado sacerdote Carlos Urrutigoity fue sacado de esta comunidad.
Esta decisión se tomó después de que el papa Francisco decidiera conformar un tribunal que juzgará a los obispos protectores de abusadores de menores. Los prelados fueron comunicados cinco días antes de que se crearía dicho colegiado, lo cual fue informado oficialmente el miércoles último. Para evitar cualquier problema en dicho sentido, monseñor Guillermo Steckling invitó a Urrutigoity a que se retire de su diócesis y regrese a su país, Argentina.
En el comunicado en que se hizo dicha revelación también se informó el retorno de otro cura a la diócesis de Ciudad del Este, que había quedado fuera por disposición del entonces obispo Rogelio Livieres Plano. Este, a su vez, defendía férreamente a Carlos Urrutigoity, hasta el punto de que ello originó disputas con los parroquianos y con otras autoridades eclesiales locales.
La referida nota dice: “Damos la bienvenida al padre Javier de los Misioneros de Jesús, que se reintegra en la diócesis de Ciudad del Este, volviendo de Argentina. Acompañamos con nuestras oraciones a dos sacerdotes que dejan la diócesis: el padre Adalberto Pelc, que tomó el avión el día 10 rumbo a Polonia para residir en su país, y el padre Carlos Urrutigoity, que viajó el 6 de junio a la Argentina, donde se quedará”.
La presencia de Urrutigoity siempre fue duramente cuestionada por un grupo de laicos encabezado por Javier Miranda, debido a los antecedentes del religioso. En 1999 un líder espiritual de la sociedad católica con sede en Suiza envió una carta al obispo de Scranton (EE.UU.), William Timlin, y advirtió sobre un “comportamiento homosexual” en el sacerdote argentino.
Luego, en 2002, Urrutigoity junto a otro sacerdote y la diócesis de Scranton fueron acusados de tener un patrón de mala conducta sexual y fueron demandados. Urrutigoity fue acusado de dar alcohol y cigarrillos a los adolescentes, compartiendo camas y sacos de dormir con los seminaristas y tocar de forma inapropiada al menos a dos hombres jóvenes.
En otro caso, un exseminarista en Minnesota dijo que Urrutigoity le pidió que insertara supositorios anales delante de él. Cuando se negó, según expresó el joven, Urrutigoity estaba furioso y calificó eso como “una traición”. La diócesis de Scranton “arregló” la demanda en 2004 por más de 400.000 dólares. La acción penal se había extinguido por falta de pruebas.
En Alto Paraná
En 2008 Urrutigoity fue recibido en la diócesis de Ciudad del Este, lo cual causó malestar entre laicos y religiosos, pero tenía le venia del entonces obispo Rogelio Livieres Plano. Fue nombrado vicario general y, además, era superior de la congregación San Juan, que funciona en la parroquia Espíritu Santo, donde tenía a su cargo a varios seminaristas.
Ahora, para el laico Javier Miranda, la remoción de Urrutigoity “es una alegría y esperamos que no vuelva más. Seguro que dejó su semilla, pero poco a poco va a ir desapareciendo”.