Cargando...
De acuerdo con el plan de trabajo, el dinero debió destinarse “al desarrollo del programa social, consistente en la realización de la segunda etapa de la asistencia moral y social a la población de Alto Paraná y Canindeyú”, dirigida especialmente a niños enfermos de labios leporinos, niños de la calle, personas privadas de su libertad y familiares, mujeres que sufren violencia doméstica.
Además, los fondos eran para “la realización de cursos de formación y capacitación de líderes, dirigentes y catequistas, margen derecha del río Paraná”.
Entre los años 2006 y 2007, la diócesis, encabezada por monseñor Rogelio Livieres, firmó cuatro convenios con Itaipú por valor de G. 1.130 millones.
Tres de esas “alianzas”, por valor de G. 962 millones, eran para las cuestiones mencionadas más arriba. Los G. 168 millones restantes debieron usarse en “apoyo a la formación de seminaristas”.
Sin embargo, de acuerdo con una denuncia enviada por un lector que solicitó anonimato, aquel dinero no fue a parar a las organizaciones encargadas en dicho tipo de trabajo. Estas no recibieron fondo alguno de parte de la diócesis de Ciudad del Este en ese periodo de tiempo.
De hecho, Livieres Plano habría decidido arbitrariamente que todos los fondos fueran acreditados a su seminario. Para poder recibir los caudales, la diócesis presentó un plan de trabajo en el cual se explicaba el objetivo específico de lo que se realizaría con el dinero.
De acuerdo al plan inicial, la diócesis debería “proveer informe de los gastos realizados para la concreción del objeto de este convenio, de los recursos proveídos por la entidad”. Esto es algo que Livieres Plano no habría cumplido, de acuerdo con la denuncia.
Desde junio de 2006 hasta febrero de 2012, con una pausa desde octubre de 2007, la diócesis fue beneficiada con la concesión de otros G. 645 millones (de los que recibió unos G. 541 millones) por la modalidad sin contrato formal. Así el dinero percibido no precisa de rendición de cuentas, aunque en las notas de solicitud aparece el objetivo al que serán destinados. (Con esos G. 541 millones se completan los G. 1.671 millones citados al inicio).
De los G. 541 millones, G. 302 millones debieron dirigirse a obras sociales, que según el denunciante no se habrían hecho.
La última vez que la diócesis liderada por Livieres Plano recibió dinero de Itaipú fue en febrero del 2013: G. 35 millones, para erigir una capilla en el Km 11.
juan.lezcano@abc.com.py