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FUERTE OLIMPO, Dpto. De Alto Paraguay (Carlos Almirón, corresponsal). La deforestación galopante y el nulo control de las instituciones, como la Secretaría del Ambiente (Seam) y el Instituto Forestal Nacional (Infona), que deben velar por la preservación de las últimas reservas boscosas de nuestro país, ponen en riesgo la supervivencia de animales silvestres. Una de las especies más amenazadas es el yaguareté, que se encuentra en peligro de extinción.
No se cuenta con datos exactos sobre la cantidad poblacional de los yaguareté en el Alto Chaco. Durante el lanzamiento del Plan de Manejo del Yaguareté 2017-2027, en mayo pasado, se habló de unos 300 a 500 ejemplares que podrían existir en todo el país.
Con la destrucción de los bosques estos y varios otros animales pierden su hábitat y buscan otras maneras para sobrevivir. Una de ellas es la caza de ganado vacuno, que actualmente abunda en el Alto Chaco, en las grandes extensiones que antes eran de bosques.
Para proteger los costosos animales de raza, los ganaderos le pagan G. 1.500.000 por cada ejemplar muerto de yaguareté o Panthera onca. Los animales de esta especie no solamente pierden sus presas de la cadena alimenticia, sino que son perseguidos bajo riesgo de que la especie pueda desaparecer si no se establece un freno a la deforestación y se implementa algún programa de protección de los ejemplares.
Los productores alegan contar con el permiso de la Seam y del Infona para el aprovechamiento racional de sus tierras con la implementación de planes de mitigación para minimizar el impacto en el medioambiente de esta parte del Chaco.
En el Alto Chaco en 2005 el hato ganadero llegaba a los 400.000 cabezas de ganado vacuno y en 2017 sobrepasa los 1.600.000 ejemplares.