Cura denunciado por acoso pide nulidad del expediente

El expárroco de Limpio, Pbro. Silvestre Olmedo, a través de su defensor abogado Luis Barrios, pidió declarar la nulidad del expediente fiscal abierto ante la denuncia por acoso sexual presentada en contra del clérigo por la joven Alexandra Torres (20). El caso está caratulado como hecho punible contra la autonomía sexual, coacción sexual y violación. Ayer el letrado dijo que hubo “solo un roce”.

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LIMPIO (Rocío Portillo, corresponsal). El expárroco de Limpio, presbítero Silvestre Olmedo, fue imputado el 28 de diciembre último por la fiscala Luciana Ramos por hecho punible contra la autonomía sexual, coacción sexual y violación. El abogado Luis Barrios Bazán, que representa al religioso, presentó un pedido de nulidad del expediente ante la jueza Elsa Idoyaga y la magistrada rechazó su solicitud.

El abogado recurrió a la Cámara de Apelaciones. Los motivos para la petición de nulidad de la imputación es que el acusado no cometió un acto sexual consumado, como caratuló la fiscal Luciana Ramos, bajo el hecho punible contra la autonomía sexual, coacción sexual y violación, expresó ayer el abogado Barrios en conversación con ABC Cardinal.

“Para que exista una coacción sexual debió haber fuerza, peligro presente de la vida para la denunciante o amenazas, y esa conducta de mi defendido no existió como quiere hacer valer el Ministerio Público en su proceder”, agregó Barrios.

Olmedo fue denunciado por acoso sexual por la excoordinadora de la Pastoral Juvenil de la parroquia de Limpio, Alexandra Torres (20). Según relató esta, el párroco en un principio le expresaba su interés por ella en palabras y considerando esa situación trató de evitar estar cerca de él pero, el 21 de setiembre, el clérigo aprovechó que se encontraba sola en la secretaría parroquial para manosearla en la espalda y el pecho, aseguró.

Acoso fue “solo un roce”

El abogado del sacerdote Silvestre Olmedo, Luis Barrios, en conversación con ABC Cardinal, afirmó ayer que la fiscalía tipificó mal el caso, ya que para la coacción sexual tuvo que haber existido violencia.

“Para que haya coacción, debe haber habido violencia, una fuerza imposible de desvirtuar. No hubo coacción, no hubo violación. El Ministerio Público tomó evidencias que no corresponden”, dijo.

El defensor dijo que no le corresponde juzgar el actuar del religioso, sino la aplicación correcta del derecho para su defensa. “Es descabellada (la imputación por coacción), una aberración jurídica”, sentenció.

En relación con el reconocimiento que hizo Olmedo de haberle tocado los pechos a la joven denunciante, expresó que “fue solo un roce”. “En nada se puede comparar al tipo penal en el que se enmarca el Ministerio Público”, insistió.

Barrios dijo que no hubo acaso, sino que el clérigo y la denunciante se dieron “un abrazo de lejos”.

“Que la fiscalía haya imputado por acoso sexual, que es lo que realmente pudiera haberse entendido, ahí nosotros no nos opondríamos a la imputación y vamos a ejercer defensa”, indicó Barrios.

Según Barrios, en todo momento se olvidaron de la presunción de inocencia de su cliente, ya que nunca fue otorgada la oportunidad de defenderse o ejercer su declaración.

La parte Eclesiástica, mediante su proceso canónico realizó su investigación, en la cual no encontró motivos para que Olmedo deba apartarse de sus funciones o perder la investidura, sostuvo Barrios.

La abogada Sonia von Leppel, representante de joven Alexandra Torres, dijo que el Ministerio Público está investigando y compilando las evidencias para llevar el caso a juicio oral. Por otro lado, criticó al arzobispo de Asunción por haber comparado a una “piedrita” el acoso de Olmedo a su cliente. “Para el Código Penal este caso no es una piedrita y él (Olmedo) se expone a 10 años de prisión”, sostuvo la abogada.

“Piedrita” que escandaliza

El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, dirigió una nota a los jóvenes de la Pastoral Juvenil de Limpio en la que les pide “no hacer de una piedrita, una montaña” al aludir a la denuncia por acoso hecha por Alexandra Torres en contra del expárroco de Limpio Silvestre Olmedo. En la misiva les informa que el cura “aceptó reparar el daño moral, mediante los ejercicios espirituales...”.

El contenido de la nota y las declaraciones que realizó después escandalizaron a diversos sectores de la sociedad, incluso de la Iglesia Católica.

Para explicar la comparación dijo que el acoso a una persona mayor de edad sería una “piedrita”, mientras el abuso de menores sería una montaña.

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