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Corresponsales de este diario mostraron con una serie de publicaciones (que culmina hoy) el “negocio habitacional” perpetrado con el dinero público en la Senavitat en el periodo 2011-2013. Para miles de paraguayos el sueño de contar con una casa propia se esfumó junto con los millones de guaraníes destinados a los proyectos de construcción de viviendas que quedaron inconclusos y abandonados en los 17 departamentos del país.
Las actuales autoridades –que declaran a los cuatro vientos transparencia– deben asumir el compromiso de denunciar ante las instancias judiciales a los responsables de los despilfarros, para que devuelvan lo malversado o sean castigados como manda la ley, para así demostrar que no son cómplices de robo y corrupción, así como extirpar la rosca mafiosa que opera internamente en la institución.
Varios de los directores actuales no son nuevos en la entidad, incluso el presidente Francisco Knapps, quien junto a sus asesores debieron invertir tiempo para arreglar –así como insinuaron en una conferencia– el desastre interno de los administradores pasados. Anunciaron oficialmente el abandono de unas 10.525 viviendas, pero no quiénes son los culpables. El compromiso es sanear la casa para bien de miles de familias que desean un techo digno.