Uno de los ciudadanos, Javier Miranda, afirma que los enviados del Papa recibieron graves denuncias sobre los manejos en el seminario y conventos a cargo del Obispado. En tanto, sigue la crisis interna dentro de la Iglesia Católica.

La comisión se encargará además de acudir a las audiencias que convoquen en la diócesis, en caso de que los denunciantes sean llamados para conciliar.

Igualmente decidirán si se reconcilian o no con Livieres, teniendo en cuenta que este último habría recibido la orden de recuperar la paz en su diócesis, terminando con la división con los laicos.

Miranda, quien encabeza a los laicos detractores, afirma que los interventores de la Diócesis de Ciudad del Este, el cardenal Santos Abril y Castelló y Mons. Milton Luis Tróccoli, recibieron graves denuncias sobre malos manejos de conventos y diócesis de esta zona del país.

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Mencionó casos de abortos y abusos sexuales, aunque no profundizó sobre estos temas.

Dijo que varios sacerdotes diocesanos habían solicitado respaldo del Vaticano para proteger su ministerio, teniendo en cuenta que corren el peligro de ser suspendidos por Livieres por no estar de acuerdo con su línea administrativa.

Las disposiciones de los interventores de pedir la remoción del cuestionado sacerdote argentino, Carlos Urrutigoity, y la suspensión de las ordenaciones sacerdotales y diaconales de unos 200 seminaristas siguen causando conflicto interno en la Iglesia Católica, pues Livieres acusa a los integrantes de la Conferencia Episcopal Paraguaya de enviar informes calumniosos en su contra a la Santa Sede.

Otras denuncias

Entre sus denuncias, dicho laico mencionó que llegaron a ordenarse diáconos con dos años de formación, y que ocho días después ya se convertían en sacerdotes.