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CIUDAD DE ESTE (Mariana Ladaga, de nuestra redacción regional). La presencia de militares de Brasil en la frontera con Paraguay, en el marco del operativo Ágata 11 de las Fuerzas Armadas del país vecinos, “espanta” a los compradores mayoristas brasileños. Este sector, en su mayoría, envía a escondidas los productos legalmente adquiridos en las tiendas esteñas y ello es tenazmente perseguido por las instituciones de control de Brasil.
En las primeras cuadras del microcentro más cercanas al Puente de la Amistad, existe movimiento comercial. Las calles no están colmadas como hace años, pero hay turistas que compran ropas, artículos de electrónica e informática y productos para regalar.
Mientras se desarrolla la operación militar, el intendente de Foz de Yguazú, Reni Pereira, sancionó la Ley 4459, por la que autoriza la instalación y apertura de free shops (locales comerciales libres de impuestos) dentro de su distrito. Entrarán a competir directamente con los precios de las tiendas esteñas.
En la frontera del lado paraguayo el desánimo es aún mayor ante la próxima entrada en vigencia, desde el 1 de julio, de una ley promulgada por el Gobierno brasileño el año pasado. La normativa establece la reducción del cupo de compras que se permite realizar a los brasileños en el extranjero para llevarlas a su país por carreteras. Esa cota, que actualmente es de 300 dólares, bajará a 150 dólares.
El canciller Eladio Loizaga se reunió con diplomáticos, ministros y políticos brasileños, que prometieron rever la medida. Sin embargo, faltando 15 días para su entrada en vigencia, todo sigue igual.
“Si el Gobierno nacional no toma medidas en cuanto a los tributos y la transparencia del comercio esteño, de tal manera que sea competitivo de nuevo, nunca más vamos a recuperar todos esos empleos que ya se perdieron, sino todo lo contrario. Brasil tiene dos discursos: por un lado, habla de integración, y por el otro, protege sus intereses. Deberíamos comenzar a hacer lo que Brasil hace”, indicó el presidente de la Federación de Cámaras (Fedecámaras), Juan Armando Santamaría.
Como si fuera poco, el Registro de Tributo Único (RTU) destinado a compradores mayoristas no funciona. Además, la crisis económica del vecino país no tiene visos de solución.
Santamaría aseguró que el movimiento comercial cayó en un 80% comparado con hace tres años.
En un intento por legalizar el trabajo de los compradores, los gobiernos de Brasil y de Paraguay acordaron la implementación del RTU. En él se inscribieron más de 900 interesados del lado brasileño y casi 40 del lado paraguayo.
“No se actualizó la lista de productos que se pueden llevar bajo este régimen, entonces el RTU no funciona”, señaló Santamaría.
La crisis política que experimenta Brasil y que repercute en su economía, es un factor perjudicial para el comercio de C. del Este.