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CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional). Todos los días, centenares de automovilistas cruzan la frontera para cargar combustible o traerlo para la venta en bidones de plástico y tambores. Esta es una práctica peligrosa y que está prohibida por decreto Nº 10911.
El contrabando de combustible al menudeo registró un aumento considerable en los últimos meses según los taxistas y otros trabajadores del volante, que afirman que el precio y la calidad hacen valer la pena cruzar la frontera para abastecerse.
Los automovilistas no se limitan a la recarga, sino también traen el combustible en bidones y tambores de plástico y lo ponen a la venta en forma clandestina en los barrios periféricos, sin ningún control ni medidas de seguridad.
En el puente de la Amistad, dicha actividad se realiza en horas de la tarde y noche, aprovechando que hay menos tránsito y control, tanto en la aduana paraguaya como brasileña.
En un breve recorrido en Foz de Yguazú y Puerto de Iguazú se pueden ver filas de automovilistas con chapas paraguayas, que se reabastecen y además cargan el combustible en recipientes de todo tipo.
Según datos de los playeros, en Puerto Iguazú, por día atienden a poco más de 1.500 automovilistas generando una venta de 40.000 litros. En una estación de servicio revelaron, además, que casi el 90 por ciento de los consumidores son paraguayos.
Según el titular de la Aduana, Blas Agüero, iniciaron un control para decomisar el ingreso de combustibles en recipientes, pero los automovilistas utilizan una nueva estrategia ante el inicio de controles en la frontera. “Es imposible de controlar, ahora los automovilistas llenan sus tanques para pasar al lado paraguayo ya que los barriles y bidones son decomisados y no pueden ingresar”, explicó.
Venta clandestina
La venta clandestina en viviendas particulares pululan en los barrios periféricos. Los puntos de comercialización operan sin carteles para evitar sospechas. Los clientes de estos “comercios” en su mayoría son taxistas y transportistas alternativos.
Decreto prohíbe la práctica
La reventa al por menor del combustible está reglamentada y las personas que se dedican a su venta clandestina se exponen a multas y procesos penales. El decreto Nº 10911 reglamenta la refinación, importación, distribución y comercialización de los combustibles derivados del petróleo.
Según el artículo 12 de la norma mencionada, “para el ejercicio de la actividad de reventa al por menor, se establecen los siguientes requisitos y condiciones esenciales: poseer la licencia de operador expedida por el MIC; disponer de una estación de servicios propia o arrendada, con infraestructura adecuada, debidamente habilitada y operar bajo el emblema de una empresa distribuidora”.