Acusación internacional contra el segundo del obispo Livieres Plano

El sacerdote argentino Carlos Urrutigoity, segundo en el mando de la diócesis de Ciudad del Este, fue calificado por el obispo de Scranton, EE.UU., como “una seria amenaza para los jóvenes”. El religioso con nefastos antecedentes por abusos sexuales no solo fue acogido en la diócesis de esta ciudad, sino es defendido a capa y espada por el titular diocesano, Rogelio Livieres Plano.

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CIUDAD DEL ESTE (De nuestra redacción regional).-El periodista de la Global Post, EE.UU., Will Carless, recopiló todos los antecedentes de Urrutigoity en una extensa nota que fue publicada ayer en su portal. Uno de los datos que menciona es que en marzo pasado, una organización sin fines de lucro de los Estados Unidos, que se especializa en el seguimiento de los sacerdotes denunciados por abusos sexuales en menores, anunció en su sitio web que Urrutigoity no solo volvió a activar en la Iglesia Católica en Paraguay, sino que fue promovido al cargo de vicario general, el segundo puesto en la diócesis de Ciudad del Este.

Esto causó un revuelo en dicho país e incluso el obispo de Scranton, Joseph C. Bambera, informó mediante un comunicado su preocupación “por este clérigo de apropiarse de funciones de la Iglesia”.

El caso del cura Urrutigoity no es nuevo. Ya había sido denunciado en publicaciones hechas por ABC Color en 2008. El sacerdote es uno de los protegidos de Mons. Rogelio Livieres Plano, obispo de Ciudad del Este. Sin embargo, el material publicado ayer ofrece más documentaciones.

“En todos los casos –dice Mons. Bambera, citando a otro prelado–, el obispo Martino expresó claramente sus reservas con relación al padre Urrutigoity, quien fue identificado en actividades que entrañan un grave peligro para los jóvenes”.

Mons. Bambera anunció que transmitiría su preocupación ante el Vaticano. Un portavoz de la diócesis de Scranton confirmó que el obispo contactó con la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el sacerdote Urrutigoity.

Primera denuncia

El primer relato notable de las presuntas transgresiones de Urrutigoity es una carta de 1999 de Bernard Fellay, líder espiritual de la sociedad católica tradicionalista de San Pío X, con sede en Suiza.

En la mencionada carta, Fellay se dirige al entonces obispo de Scranton, William Timlin, advirtiéndole sobre un episodio de “comportamiento homosexual” de Urrutigoity en el seminario de La Reja (Argentina).

El acusado abandonó dicho seminario, pero se le dio una “segunda oportunidad” en el seminario de la sociedad en Winona, Minnesota.

En Minnesota, Urrutigoity no abandonó su conducta y de nuevo fue acusado de acercarse a la cama de un joven seminarista “para actos deshonestos”.

A pesar de la clara advertencia se le permitió continuar viviendo y trabajando en la diócesis de Scranton. Dos años más tarde, fue acusado de “mala conducta sexual”, esta vez en la Corte.

En Pennsylvania, las acusaciones contra Urrutigoity fueron mayores. El mismo se había unido a otro sacerdote católico carismático, Eric Ensey, y otros líderes para fundar un grupo religioso ultra conservador llamado la Sociedad de San Juan.

A finales de 1990, la sociedad se instaló en un aula no utilizada de una escuela católica de niños.
En 2002, Urrutigoity y Ensey fueron demandados por tener un “patrón de mala conducta sexual”.

Aún más grave, Urrutigoity fue acusado de “dar alcohol y cigarrillos a adolescentes, compartiendo camas y sacos de dormir con los seminaristas y tocar de forma inapropiada al menos a dos jóvenes”.

Pero los hechos fueron camuflados en un dogma extraño en el que se menciona que Urrutigoity y Ensey habían fundado la Sociedad de San Juan, donde a los jóvenes seminaristas se incitaba a tomar relaciones devotas con sus consejeros espirituales.

Incluso, una víctima identificada como John Doe señalaba que “los seminaristas veneraban a Urrutigoity”.

Sin embargo, un exmiembro de la Sociedad dijo en una declaración que él dormía en la misma cama que Urrutigoity después de que el sacerdote le dijera que lo ayudaría a superar su “actitud puritana”.
Manifiesta el joven que tras unos meses de compartir la cama, despertó una noche y encontró la mano del sacerdote, primero en el abdomen y luego en su miembro viril.

Todos son documentos publicados por Global Post en su portal de la web.

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