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PDVSA presentó su demanda en julio del año pasado ante la Cámara de Comercio Internacional (CCI), para el cobro de la deuda impaga que tiene la empresa estatal paraguaya, de US$ 265 millones más intereses del 2% anual. La CCI es un organismo de arbitraje con decisión inapelable.
Petropar informó ayer que la decisión sobre la designación del mexicano Claus Werner von Wobeser Hoepfner como titular del Tribunal Arbitral, que se resuelve en la misma CCI, se concreta luego de que los árbitros designados por ambas partes en litigio, Horacio Grigera Naón y Francesca Mazza, no hayan podido alcanzar un acuerdo en la elección del presidente del Tribunal.
Según las informaciones proporcionadas a nuestro diario, el Dr. Claus Werner von Wobeser tiene título de abogado otorgado por la Escuela Libre de Derecho de la Ciudad de México, y es doctor en derecho por la Universidad de París.
Von Wobeser posee una amplia trayectoria como jurista y árbitro en litigios internacionales. Se desempeñó como árbitro en un sinnúmero de casos bajo las reglas de la CCI, así como de la Asociación Americana de Arbitraje (AAA) y del Centro Internacional de Resolución de Disputas (CIRD), entre otros.
Luego de la conformación de sus miembros, el Tribunal Arbitral llamará próximamente a una primera audiencia entre las partes y dispondrá las reglas del procedimiento.
Origen de la deuda
La historia de la cuenta a pagar empezó durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos (ANR), cuando el 18 de noviembre de 2004 se suscribió el Acuerdo Energético de Caracas (AEC), en Venezuela, para la provisión de combustible por parte de Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) a Petropar.
La “oferta” consistió en créditos a largo plazo (de hasta 15 años) con dos de gracia y 2% de interés en dólares, y la posibilidad de amortizar el pasivo con la comercialización de productos agroindustriales paraguayos. Esto último no se concretó así como el financiamiento a 15 años de plazo.
Fue entonces presidente de Petropar Armando Rodríguez y la operación se cerró con el compromiso de entregar a la estatal paraguaya 18.600 barriles diarios, equivalentes a 85 millones de litros/mes, que era el mercado del gasoil de entonces.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que se observaran numerosos abusos ocurridos en el marco de este acuerdo. Aparecieron contratos que se contraponían a lo estipulado en el mismo AEC, con intereses abusivos que llegaban hasta el 18%, cuando lo pactado fue 2%, así como llamativos “acuerdos confidenciales” entre Duarte Frutos y Hugo Chávez con intenciones y compromisos que terminaron siendo asumidos por el pueblo paraguayo.
También surgieron numerosos hechos de corrupción y negociados con personajes próximos al gobierno de entonces de Venezuela en fletes y otros ítems, en la era Lugo.
ESTE GOBIERNO NO PAGÓ
A pesar de que la deuda contraída por Petropar se originó durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos y terminó de inflarse durante las demás administraciones, fue en la era Cartes cuando se asumió un severo incumplimiento en el pago del compromiso.
ABC Color alertó en varias ocasiones lo que venía, como en la publicación del 10 de agosto de 2013. En ella se destacó que el vencimiento de la cuenta se producía ya en noviembre del mismo año. Sin embargo, las autoridades del actual gobierno se desentendieron del tema, a pesar de que dicen que viajaron en numerosas ocasiones a Venezuela. Es reprochable que esos viajes fueron casi turísticos, o para hacer proposiciones absurdas sobre quitas fantásticas, o para hablar con funcionarios sin trascendencia de PDVSA.
Venezuela vendió a Paraguay el gasoil más caro de la región
Se confirmó también con los años, que en el marco del Acuerdo Energético de Caracas (AEC) Venezuela llegó a vender a Petropar el gasoil más caro de la región, pero aun así los sucesivos gobiernos seguían manteniendo la dudosa y poco beneficiosa operación. Este pacto se originó en la administración de Duarte Frutos y se intensificó durante la era de Fernando Lugo, cuando se terminó por consumar la cesión energética del país a PDVSA. En tanto, el gobierno de Cartes directamente se desentendió del compromiso, a sabiendas de que existían acuerdos de pagos que debían honrarse, pero que no se cumplieron. Los sucesivos gobiernos justificaron este despilfarro con la permanente “excusa” del subsidio al precio del gasoil, pero en contrapartida jamás transparentaron la estructura de costo de importación del carburante, que históricamente se constituyó “en un secreto de Estado” en los diferentes mandatos.