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En la información publicada por Clarín el último fin de semana se lee lo siguiente: “Oscar Alfredo Thomas: Director Ejecutivo del Ente Binacional Yacyretá ‘realizó pagos en Juncal 1704 el 18 de diciembre de 2008. Entre otras fechas se indicó que Baratta recibe el 5 de agosto de 2009, 700.000 dólares. Hubo pagos -según la imputación- por 3.300.000 en al menos cinco entregas más, siempre en la calle Juncal y la entrega era en bolsos”.
La pregunta que hacían los observadores del caso Yacyretá, inclusive desde que Carlos Menem, entonces presidente de Argentina, el 3 de abril de 1990, calificara al proyecto Yacyretá como “un monumento a la corrupción”, si los fondos “aportados” por el ex zar argentino de la Energía, al menos bajo los gobiernos kirchneristas, forman parte de la deuda que imputaron a la entidad binacional y que nuestros legisladores (Senado el 26 de junio pasado y Diputados el día 1 del presente mes) aceptaron sin investigar siquiera.
Destaquemos que en la cámara alta la aprobaron apenas con dos votos de diferencia; pero en Diputados, con la alianza cartista/abdista y de algunos liberales, fue por 20 votos.
La Nota Reversal N° 2/17 aprueba que la deuda de Yacyretá ronda los US$ 4000 millones y, mediante atajos linguístico-jurídicos, consiente la construcción de una nueva central sobre el Aña Cua.