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De acuerdo con el Departamento Técnico, Movimiento de Energía de la EBY –con jefatura argentina–, el promedio de cotas o niveles de enero pasado fue de 83,43 metros sobre el nivel del mar (msnm), o sea 43 centímetros sobre los 83 msnm admisibles, solo 3 centímetros de la medida que impusieron en diciembre último, que alcanzó los 83, 46 msnm.
La sistemática publicación de estos registros no forman parte de un programa de gimnasia estadística. En efecto, la sobreelevación del embalse de Yacyretá, en primer lugar, implica una mayor inundación territorial, principalmente de la costa paraguaya del río Paraná en el área de influencia de la hidroeléctrica, que categóricamente es más baja que la argentina.
Recordemos que hasta la fecha aún si aceptamos la “cifra oficial” del “80/20”, es decir 80% de las tierras anegadas por el embalse son paraguayas y 20% argentinas, la entidad binacional adeuda a nuestro país US$ 1.200 millones en concepto de compensación por territorio inundado, pero abona, “en tiempo y forma”, como denunciaba el ingeniero Gustavo Segovia Dávalos, ex jefe de obras complementarias de la EBY, regalías hidroeléctricas, en definitiva compensación por territorio inundado, a las provincias de Misiones y Corrientes.
“Desde 1995 aplica el mecanismo de descuento mensual del 6% de todo lo recaudado por Yacyretá por la venta de energía en el MEM (Mercado Eléctrico Mayorista argentino) en concepto de regalías hidroeléctricas a las provincias de Misiones y Corrientes”, explicaba Segovia en una reciente entrevista con ABC Color.
Además, la sobreelevación atenta contra la propia seguridad de la represa y sus obras complementarias, diseñadas para la cota 83 msnm, explicaba igualmente en declaraciones anteriores.
El hecho repercutirá igualmente en la salud pública, porque las redes de drenaje pluvial “funcionan ahogadas”, creándose así nuevas lagunas de aguas estancadas.