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En la infografía adjunta se detalla que fueron identificadas por el grupo negociador unas 65 firmas, de las que unas 55 fueron contactadas por el GTN, integrado por Hacienda, ANDE, Secretaría Técnica de Planificación, BCP, entre otros.
En el informe se consigna que solo media docena de empresas llenaron el formulario del MIC y otras seis visitaron nuestro país, 26 asistieron a la presentación de Rediex y 17 se limitaron a enviar cartas de intención al MIC.
En la fase inicial de las negociaciones, los representantes de RTA aseguraban que la planta atraería a las pequeñas industrias que usan el aluminio como materia prima. Sin embargo, apenas seis demostraron interés en instalarse en el futuro parque industrial, dato que hace que se dude de su concreción.
Poco empleo, mucha contaminación
Esto se debe a que la megaindustria de aluminio contamina el ambiente y que emplea en forma directa apenas entre 800 y 1.000 personas (en Paraguay dijeron que emplearán a 1.250 personas). Según los ingenieros químicos la planta emitirá diariamente toneladas de gases contaminantes como dióxido de carbono y azufre.
Dentro de este contexto debemos recordar que en el preacuerdo firmado el 21 de diciembre pasado entre el ministro de Industria y Comercio, Francisco Rivas, y Juan Pazos, de RTA, queda toda la responsabilidad de la conformación del parque industrial a cargo del Estado paraguayo, así como la búsqueda de las 4.000 a 5.000 hectáreas de terreno para el asentamiento del parque y de la megaindustria de aluminio angloaustraliana.
Ni el parque garantiza ganancias al país
Los ambientalistas y técnicos del sector energético aseguran que ni siquiera el parque industrial garantiza beneficios económicos al país con RTA, porque es bien sabido que las multinacionales siempre logran cerrar con los gobiernos acuerdos ventajosos para ellas.