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En octubre de 2012, el Sector Social del BID completó la elaboración de un trabajo denominado “Gasto público en protección social en Paraguay”. Se agrupa a un conjunto de intervenciones que permiten al Gobierno cumplir dos funciones sociales esenciales: la asistencia social y la seguridad social. Con la primera se pretende que la población de bajos recursos alivie su situación actual, aumente su acceso a los servicios sociales básicos y mejore sus capacidades para salir de la pobreza.
Con la segunda se busca que la población en general esté protegida contra la reducción de sus ingresos y el consumo, que puede ocurrir debido a enfermedades, maternidad, desempleo, discapacidad, vejez o muerte.
Si bien el aumento del gasto en este sector fue sustancial en los últimos años y la reducción de la pobreza fue importante, la población paraguaya aún está expuesta a diversos riesgos que la hacen vulnerable a la pobreza y a otros problemas sociales, según el documento. Estos riesgos ocurren debido a los choques externos, los fenómenos naturales y, en particular, al entorno donde viven. Ocurren, además, porque el alcance de la protección existente es aún insuficiente.
Reducción asociada a desempeño económico
El BID analiza la evolución de la pobreza y describe con detalle los riesgos encarados por la población, basado en informes oficiales de nuestro país que son cuestionados por su credibilidad. Asimismo, examina las tendencias del gasto agregado en asistencia y seguridad social y revisa la cobertura, incidencia y generosidad de los beneficios que transfieren los principales programas. El propósito es disponer de evidencias que permitan mejorar la eficiencia del gasto público asignado a ellos.
Según el BID, la reducción de la pobreza de los últimos años está asociada al desempeño económico del país. Después de crecer solo 1% entre 1995 y 2002, el PIB real de Paraguay aumentó 51% entre 2002 y 2011.
Aunque en estos años la pobreza se redujo de 49,7% a 32,4%, esta reducción fue heterogénea. En las áreas urbanas la pobreza total disminuyó 5,5% en promedio cada año y en las rurales solo 3,7%, lo cual implicó que se ampliaran las diferencias entre ambas. En el 2011, la pobreza total en las áreas rurales fue casi el doble que en las urbanas; y la pobreza extrema, el triple, corroborándose que la pobreza continúa siendo un fenómeno esencialmente rural.
Hacia el 2011, la pobreza total en las áreas rurales del país llegó a ser casi el doble que en las urbanas; la pobreza extrema, el triple; y la desigualdad, 10 puntos porcentuales más alta, corroborándose que ambos problemas continúan siendo fenómenos esencialmente rurales. En estas áreas vive el 56% de todos los pobres y el 67% de todos los pobres extremos del país.
Si bien los niveles de pobreza en Paraguay se encuentran por debajo del nivel que corresponde a su producto por persona, la reducción de los últimos años ha sido más lenta respecto al promedio de la región en su conjunto y, en particular, de los demás países del Mercosur, refiere el documento.
Por cada uno por ciento de crecimiento del PIB por persona de Paraguay, la tasa de pobreza –medida con la línea de US$ 2.5 por persona por día– se redujo en promedio 1,9 por ciento entre 2005 y 2011, a diferencia, por ejemplo, de Uruguay, Chile y Brasil, que redujeron en más de 3%, y Argentina en 2,2%. No necesariamente los que más crecieron en este periodo (Panamá, Argentina y Perú) tuvieron más impactos sobre la reducción de la pobreza.
En promedio, por cada punto de crecimiento del producto por persona, la pobreza total urbana de Paraguay se redujo 1,2%, en tanto que la pobreza rural bajó 0,1%, destaca el BID.