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Técnicos de la institución adelantaron ayer que el saldo rojo estaría en torno a 1,3% del PIB, considerando que tanto en noviembre como en diciembre se estaría ejecutando obras que se financian con bonos y el préstamo programático del BID.
Al mes de octubre el déficit anualizado se mantenía en 1%, considerando que la inversión física o en obras se desaceleró levemente en los últimos tiempos.
El año pasado, la administración central cerró el ejercicio con un déficit de 1,1% del PIB.
Este porcentaje se dio tras actualizarse el PIB (base 2014), porque anteriormente representaba 1,4% (base 1994).
Para el año venidero, sin embargo, la ley de Presupuesto General de la Nación (PGN) contempla un saldo rojo de 1,5%, al tope de la LRF.
El presupuesto sancionado por el Congreso mantiene el déficit dentro de este tope, pero el gasto se volvió más rígido tras aprobarse una serie de aumentos salariales que no estaban contemplados inicialmente y que obligará a Hacienda a establecer un “duro” plan financiero para controlarlo.