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Directivos de la empresa Alquimia, Andrés Demp y Juan Carlos Cabezudo, lamentaron que se haya demorado dos años y medio desde su incautación, una carga de semillas de cannabis industrial o “cáñamo”, la fiscalía concluyó que no existieron irregularidades en el proceso de importación de estas semillas.
Señalaron que ante ese hecho, la fiscalía solicitó la entrega de las semillas a sus propietarios. Se trata de 1.000 kilos de semillas que la citada empresa importó de Austria, que iban a ser destinadas a la siembra de 40 hectáreas.
No obstante, destacan la apertura y el criterio de las actuales autoridades de la Senad y el Senave para desarrollar un plan nacional de cultivo e industrialización que formalice y ordene el crecimiento del prometedor negocio de este rubro.
“Nosotros habíamos buscamos en el mercado la semilla, hicimos importación con permiso de la Senad pero luego nos trancaron en la Aduana. Importamos con todos los permisos”, afirmó Juan Carlos Cabezudo.
Indicó que con todo eso se perdió mucho tiempo, atendiendo que otros países ya están impulsando la siembra del cannabis industrial. “Aquí las autoridades son lentas, y los mercados rápidos. Tenemos que llegar mucho más rápido para la legalización de los cultivos”, manifestó, lamentando el perjuicio que todo eso les ocasionó.
El cáñamo es una variedad de cannabis que no es marihuana. Se le atribuyen miles de usos industriales y su legalización va ganando terreno a nivel global.
Toda la planta es aprovechable
“De la planta del cannabis, las flores se utilizan para medicina, los granos para aceites de altísimo valor medicinal o nutricional y el tallo para extracción de fibras que se utilizan en el sector textil, automotriz e incluso de construcción a base de cáñamo”, dijo Andrés Demp, titular de la empresa Alquimia. Actualmente se produce en 36 países del mundo.