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En el caso de Paraguay, el PIB por habitante representaba en 1960, 9% del de Estados Unidos, y en 2014 la cifra evolucionó a 16%. El rezago de Paraguay y de los demás países de América Latina –respecto a naciones líderes de Asia, Europa y Norteamérica– se debe principalmente al bajo nivel de productividad, principal impulsor del crecimiento económico y el desarrollo.
El experto indicó que en este proceso de mejora de la productividad, el combate a la corrupción es tema clave así como la desburocratización de Aduanas. La inversión no será posible sin una mejora en la institucionalidad y en ese sentido, la confianza en un factor preponderante, afirmó.
El otro enfoque de la corrupción va de la mano con la informalidad laboral, que llega al 60% de los habitantes. Como vimos en el informe, los trabajos informales son menos productivos, entonces hay que trabajar en cómo mejorar esto”. Añadió que es preciso fortalecer la capacidad estatal para monitorear el cumplimiento de normas asociadas con la formalidad y sancionar su incumplimiento; para administrar y diseñar sistemas de contribuciones, tributos y registros que sean transparentes y fáciles de manejar para empresas y trabajadores; así como para gestionar programas de reentrenamiento de la mano de obra que favorezca la reasignación de trabajadores a puestos formales.
Reformas en puerta
Entre las acciones que promoverá el Equipo Económico para proyectar la productividad es una ley de sociedades simplificadas, que apunta a una mayor agilidad en procesos de apertura de empresas. A esto se suma la modificación de la ley de quiebras y una ley de garantías inmobiliarias. “Podemos referir que son las reformas institucionales más grandes de los últimos tiempos por el impacto que pueden aportar para una mayor dinámica de la economía”, dijo, a su vez, José Cantero, titular del BCP.