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El drama que se vive en el Pilcomayo no es un problema político, es un tema estrictamente técnico.
En la mañana de ayer, el titular del Poder Ejecutivo, Horacio Cartes, tuvo una desafortunada intervención ante los medios.
El presidente Cartes aseguró que “existe manipulación y maldad en las publicaciones”.
Agregó que “el tema del Pilcomayo se utiliza políticamente”.
Las publicaciones en torno al Pilcomayo reflejan una realidad: no hay agua y esta carencia tiene un impacto negativo extremo en la biodiversidad.
No existe ninguna manipulación tal como asegura el presidente Cartes, menos aún maldad.
Lo que está sucediendo es pura matemática: no se trabajo en forma en el Pilcomayo, por lo tanto no hay agua.
Y no tendremos río hasta diciembre próximo, en coincidencia con el período de lluvias en Bolivia.
Sequía en las montañas
Al igual que el presidente Cartes, el ministro de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona, intenta evitar el costo político de la tragedia que afecta a parte del Chaco paraguayo.
Y recurre al mismo mecanismo de Cartes: culpar a otros.
Jiménez Gaona aseguró ayer que la sequía que afecta a Bolivia es la explicación del porqué el río no llegó en abundancia a la zona del canal paraguayo.
¿Y cómo Argentina tiene agua suficiente, si las aguas no bajaron de Bolivia?
El problema es el diseño del canal paraguayo, no se preparó para recibir aguas de reducido caudal tal como sucede en los períodos de invierno.
La responsabilidad en el diseño del canal es de la Comisión Nacional del Pilcomayo, cuyo titular es nombrado por el Ministerio de Obras Públicas.
A lo largo del 2015 se alertó a la comisión del Pilcomayo sobre la sequía que se instaló en Bolivia y la necesidad de preparar nuestro canal para enfrentar aguas inusualmente bajas.
Reportajes realizados en Bolivia ya indicaban el problema de una sequía.
En Paraguay, el canal se preparó para recibir aguas de inundación, tales crecidas no se registraron y no recibimos la riada.
La naturaleza jugó una mala pasada
La naturaleza dejó al descubierto una supuesta malversación de 5 millones de dólares. Nunca habríamos tenido idea de la magnitud del dinero mal gastado si algo de agua hubiera venido.
El Pilcomayo habría tapado las evidencias de un trabajo mal realizado, a un costo multimillonario.
El río no entró y quedó patente que el dinero fue mal utilizado. La embocadura está cubierta de sedimentos, el canal no funciona y el Pilcomayo no ingresó al interior del Chaco paraguayo.
Este fracaso tiene responsables; el ingeniero Daniel Garay es uno de ellos.
También el ministro de Obras Públicas, Ramón Jiménez Gaona; fue él quién eligió al titular de la comisión nacional.
Horacio Cartes no escapa: es el titular del Poder Ejecutivo.
Pueden culpar a otros, pero en definitiva la responsabilidad no se delega, es un principio básico en una estructura jerárquica.
Tampoco se puede ocultar el sol con el dedo.
Sobrevuelo en el Chaco
El ministro de Obras Públicas tiene previsto en la mañana de hoy realizar un viaje aéreo a la zona de la embocadura del canal paraguayo, en las inmediaciones del fortín Mayor Gardel.
El Econ. Ramón Jiménez Gaona junto con técnicos del Ministerio a su cargo y la Comisión Nacional del Pilcomayo verificarán las condiciones en que se encuentra nuestro canal. De igual modo se tiene en la agenda llegar a la estancia Agropil SA para observar las consecuencias de la falta de agua del río.
roque@abc.com.py