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II. Después de un largo estancamiento económico sería optimista esperar una rápida generación del empleo a corto plazo en cualquiera de los otros sectores.
III. En muchos países de América Latina, incluyendo aquellos con economías con mayor dinamismo, se ha observado últimamente un patrón donde ni la empresa grande privada ni el sector público contribuyen mucho a la generación de empleo.
Efectivamente, las PyMEs representan el único sector, junto con la pequeña agricultura, cuyo crecimiento tendría la capacidad de sacar muchas familias de la pobreza en las próximas décadas. La población del Paraguay nunca podrá satisfacer sus necesidades económicas en base a la exportación de soja y ganado porque estos sectores generan poco empleo.
Si el país intentara seriamente erradicar la pobreza en los próximos veinte años, debería hacerlo basado principalmente en el empleo generado en el sector PyMEs. Crear nuevas competencias requiere no solamente políticas buenas (tasa de cambio favorable, buen sistema de apoyo a las empresas, etc.), sino también políticas estables. La inestabilidad de la tasa de cambio real es uno de los factores más importantes que afectan negativamente al sector PyMEs productor de bienes transables.
El creciente predominio de la especialización flexible ha convencido a muchos analistas sobre el papel creciente que tendrán las empresas más pequeñas en la estructura industrial del futuro. Las experiencias de muchos países del Asia oriental, especialmente Japón, Taiwán y Corea tienden a confirmarlos. Japón ha sido - y sigue siendo - el prototipo de economía en cuanto a la empresa pequeña y mediana.
Aunque es difícil efectuar un análisis más preciso, los datos mencionados sugieren que el sector de la empresa pequeña y mediana puede descollar en una economía y, cuando lo hace, el crecimiento económico y la distribución del ingreso pueden ser los grandes beneficiados. En el caso de Paraguay, el país no tiene alternativa: a corto y mediano plazo tiene que ganar o perder con las PyMEs.
EL PAPEL DE LOS SECTORES MICRO Y PYMES
En promedio, la microempresa alcanza niveles de productividad de la mano de obra menores que las PyMEs, y éstas a su vez alcanzan niveles menores que las empresas grandes. Cada tamaño de empresa cumple una función diferente, y la importancia relativa de las empresas de cada tamaño tiende a cambiar a lo largo del proceso de crecimiento económico saludable. Las microempresas usan tecnología simple y poco capital, lo que les permite generar empleo a bajo costo en términos de otros recursos, pero con la desventaja de que no pueden alcanzar un nivel muy alto de productividad del trabajo ni de los ingresos asociados. Por su parte, las PyMEs tienden a encontrarse entre los dos polos definidos por las grandes y las micros: tecnologías medianas, más intensivas en capital que las micros pero menos que las grandes, y con productividad laboral también intermedia.
En una situación de estancamiento económico reciente, de extrema desigualdad del ingreso, y de falta de empleo adecuado como la que caracteriza Paraguay, lo deseable es que los tres subsectores de la economía no-agrícola privada actúen de la siguiente forma:
I. Que el crecimiento del sector microempresa se oriente más a mejorar sus niveles de productividad para que los trabajadores puedan recibir así ingresos mayores que antes.
II. Que el sector PyMEs crezca rápidamente de tal manera que aumente bastante la generación de empleo, al mismo tiempo que se mantengan niveles de ingreso de los trabajadores por encima de los de la microempresa.
III. Que en lo posible el sector de grandes empresas se desarrolle, no muy intensivas en capital y que fortalezca sus enlaces con las PyMEs tal que, su propio crecimiento tenga efectos benéficos para estas últimas.
Tendencias recientes del sector MPyMES en Paraguay
El sector MPyMEs ha sido la única opción para la gran mayoría de los que han ingresado al mercado laboral paraguayo en las últimas décadas. La información estadística que cubre el periodo 1997-2003 demuestra una indudable tendencia hacia la informalidad (predominio de la microempresa) en las áreas urbanas durante este período. El número de personas ocupadas en empresas de más de 50 trabajadores se redujo en forma importante; el número de ocupados en empresas de 11-50 y de 6-10 trabajadores también disminuyó pero menos; por su parte, la ocupación aumentó en las empresas de 2-5 trabajadores y en el sector cuentapropista.
La tendencia de los ingresos de los trabajadores del sector MPyMEs es tal vez el dato más importante para medir el comportamiento de la economía en los últimos años. Mientras que el ingreso real (guaraníes del año 2003) disminuyó un 30 por ciento entre 1997-98 y 2003 en las áreas urbanas, aquellos que más sufrieron han sido los cuentapropistas (caída de 43%) y los que trabajan en empresas de 6-10 trabajadores (baja de 32%). Las personas ocupadas en empresas grandes pudieron mantener sus ingresos sin ninguna pérdida.
El contexto paraguayo para las MPyMEs
El contexto nacional para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MPyMEs) paraguayas tiene muchas complicaciones y adolece de varias deficiencias en cuanto al apoyo deseable para que el sector tenga el máximo de éxito. No obstante esta situación generalmente poco positiva, existen programas mejores que otros y algunas iniciativas que podrían desarrollarse para contribuir de manera importante al éxito futuro de este sector.
Los problemas y desafíos más notables para las MPyMEs en Paraguay son los siguientes:
I. El estancamiento de la economía hace difícil que el sector acumule dinamismo porque la demanda no es lo suficientemente fuerte como para que los productores alcancen un grado de confianza tal que les incentive a expandir sus empresas.
II. Han ocurrido cambios recientes en el grado de com petencia externa, en parte por la inestabilidad de la tasa de cambio, en parte por una disminución de la protección arancelaria, y en parte por el desarrollo del MERCOSUR.
III. El apoyo a las MPyMEs es deficiente en el Paraguay, por falta de fondos y de recursos humanos en las instituciones y por el bajo rendimiento que caracteriza al sector público en general
IV. Las altas tasas de interés y/o la no disponibilidad del crédito dificulta la expansión de algunas empresas en condiciones de considerar esa opción.
La falta de una estrategia coherente y continua se puede ilustrar con la historia del apoyo a la capacidad técnica de las MPyMEs. Desde 1989 se ha registrado una explosión de iniciativas públicas y privadas de apoyo al sector MPyMEs de las cuales la gran mayoría tuvo un origen externo a través de cooperaciones bilaterales o multilaterales. Con excepción del Programa Global de Crédito para las Microempresas, la mayoría de los programas han tenido resultados limitados y efectivamente muchos han desaparecido. Frecuentemente, los actores locales (entre ellos los potenciales beneficiarios) no participan en el diseño y, por lo tanto, es difícil que se tomen debidamente en cuenta las particularidades locales. La política de apoyo, tal como existe, es poco clara y poco conocida por las empresas.
Prioridades en las políticas para los MPyMEs
Tomando en cuenta estos desafíos y la experiencia de otros países en cuanto al apoyo a las MPyMEs, se puede identificar algunas prioridades en las políticas de apoyo, según su área.
En términos de políticas globales:
I. Un sistema financiero que facilite la expansión de aquellas PyMEs con capacidad de crecimiento rápido. Elementos de la política serían: promoción del desarrollo de nuevos instrumentos y ser vicios financieros sustentables -diferenciados y orientados al sector de las MPyMEs- entre las entidades del sistema financiero especializado; apoyo al desarrollo de una red de entidades financieras especializadas (bancos, financieras, cooperativas, ONGs financieras) que ofrezcan servicios acordes con las necesidades de las MyPEs a nivel local y nacional; y fomento de formas tanto tradicionales como innovadoras de captación de recursos financieros de corto y largo plazo que permitan a las instituciones microfinancieras extender su cobertura y operaciones de servicios financieros a las MyPEs tanto en áreas urbanas como rurales.
II. Mejoras sustanciales en algunas formas de apoyo a las MPyMEs para que puedan incrementar su productividad y competitividad. Algunas políticas parecen tener razones beneficio/costo elevadas y por lo tanto merecen alta prioridad en la asignación de recursos - éstas incluyen, por ejemplo, organización de ferias; aporte a servicios de asistencia técnica en donde es claro que existe una demanda importante; apoyo a cursos de capacitación, por ejemplo, a través del uso de bonos suministrados por un fondo y que permite al usuario escoger el proveedor de su preferencia. Dada la evidente importancia del sector PyMEs, es de alta prioridad buscar mecanismos y programas para apoyar su avance en producción, eficiencia y competitividad.
En términos de políticas específicas:
I. Apoyo al desarrollo de unos pocos clusters con buen potencial de crecimiento. Los beneficios principales de una estrategia amplia de clusters probablemente se podrán apreciar solamente en el mediano y largo plazo. Pero se debe ir montando ya la infraestructura institucional de apoyo que se necesitará para que estos beneficios aparezcan en el futuro.
II. Aumento de la capacidad institucional. No se puede concebir la política MPyMEs como la suma de un grupo de proyectos y programas implantados separadamente y con recursos ajenos. Hay que empezar con una visión general de lo que necesita el sector para crecer en forma estable y sana. Esto requiere, entre otras cosas, buscar una buena coordinación entre los diversos proyectos. Tal coordinación no implica necesariamente un control fuerte a nivel central, sino una búsqueda de consistencia entre componentes.
Albert Berry; Columnista invitado.