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Para asegurar que las aguas, en la temporada de lluvias que se inicia y que hacen subir el nivel del río Pilcomayo, lleguen a territorio paraguayo, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) debió haber garantizado la limpieza y descolmatación del Pilcomayo. Para esta tarea tiene asignado un presupuesto de US$ 10.500.000. No lo hizo en su momento y ahora, sin canales adecuadamente preparados, el agua podría no ingresar a territorio chaqueño, o hacerlo en cantidades insuficientes.
Atendiendo a las características del río, los trabajos de limpieza de sedimentos debieron haber comenzado en junio de este año, pues para un desarrollo eficiente de los mismos, y considerando la experiencia de años anteriores, se requieren al menos cinco meses.
Un río que interpela y obliga
El Pilcomayo es un río muy particular. El alto porcentaje de arena que transporta lo vuelve único, solo superado por el río Amarillo en la China Popular. Los sedimentos que arrastra el Pilcomayo se depositan en la planicie chaqueña y el resultado es el taponamiento de su cauce.
Si el Estado paraguayo no invierte en tareas de limpieza, o las desarrolla de manera tardía, el resultado es nefasto y evidente: el nivel del río en la temporada de lluvias, que en Bolivia ya comenzó, sube, pero las aguas no son conducidas a territorio nacional en la cantidad suficiente.
Esta será la segunda vez que por ineficiencia de las autoridades de Obras Públicas, más aún de la Comisión del Pilcomayo presidida por Daniel Garay, se impida el ingreso de las aguas a territorio chaqueño, en detrimento de todo el ecosistema y de las familias que viven en esa zona.
La primera vez fue el año pasado, en que la ineficiencia derivó en múltiples pérdidas.