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El ejecutivo del organismo regional visitó nuestro país y suscribió varios acuerdos con instituciones del Estado en favor de programas vinculados a la agricultura familiar. Señaló a ABC Color que el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) trabaja con Paraguay desde hace más de 50 años y que básicamente los programas apuntan a mejorar la agricultura familiar, tratando de acercar nuevas tecnologías, fortaleciendo instituciones y promoviendo la extensión.
Se le indicó que el campesinado paraguayo se queja porque cada vez más se achica la frontera para la agricultura familiar, y respondió: “Hay un peligro que está latente y es que la gran agricultura, la empresarial, pueda avanzar y poner en peligro la viabilidad de estos pequeños agricultores. Pero depende mucho de las políticas del gobierno y de los organismos internacionales para tratar de dar las condiciones a esos pequeños agricultores”.
Cree que los agricultores familiares no tienen que ser la variable de ajustes cada vez que hay problemas, “más bien tenemos que fortalecerlos para que ellos cumplan un rol cada vez más activo en la oferta de alimentos hacia adentro y, porqué no, como en algunos casos también participen en el comercio internacional”.
Comentó que la cooperación del IICA con Paraguay este año es de US$ 3,5 millones, a través de diferentes proyectos. “Uno puede gastar mucho en no hacer nada, pero en esta oportunidad queremos hacer un uso racional, muy cuidadoso de esos recursos para que lleguen a los agricultores familiares”, expresó.
Preguntado si el IICA hace un seguimiento del cumplimiento de los programas de modo que tenga efectividad y llegue realmente a los productores, respondió que todos los proyectos tienen que tener instancias de seguimiento, previa evaluación y verificación en distintas instancias, a fin de que “no haya sorpresas y que el dinero sea canalizado para los propósitos para los cuales fue determinado”.
Visión: Salir de la pobreza
El director general del IICA, Manuel Otero, dijo creer que los agricultores familiares tienen que ser parte de la solución y no parte del problema. “Ellos ocupan el territorio, son los que cuidan los recursos naturales, la biodiversidad, y hay que darles herramientas para que puedan prosperar, para que tengan rentabilidad adecuada y, generación tras generación, ir mejorando la calidad de vida en las zonas rurales”, indicó. Refirió que su anhelo al frente del IICA es lograr que las zonas rurales sean de oportunidad, de progreso, de dinamismo y que esa gente, de manera gradual, salga realmente de la pobreza.