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En su discurso, el militar retirado agradeció a su Gobierno por la oportunidad de estar al frente de la Entidad, binacional y que está comprometido a trabajar “en forma ordenada y solidaria” con la Dirección General paraguaya, liderando un equipo “capaz de vencer los desafíos” de la nueva coyuntura.
Añadió que la misión de la binacional que “es generar energía eléctrica con calidad, con responsabilidad social y ambiental, impulsando el desarrollo económico, turístico y tecnológico, sostenible, en el Paraguay y en el Brasil”.
Inmediatamente después, argumentó que las nuevas tecnologías avanzan “de manera ininterrumpida” y el sector energético busca nuevas alternativas, que permitan, cada vez más, la innovación tecnológica, la producción de energía con seguridad y “menores tarifas”.
Recordó que Itaipú es una “obra de ingeniería política y diplomática”, y también un símbolo de integración, amistad y confianza, y es un ejemplo de la unión de “países hermanos” que se puede hacer en provecho de su gente”.
Tratado “es la Biblia”
Por otra parte, Silva e Luna señaló que el Tratado de Itaipú “es nuestra Biblia”, y que a partir de ello “podremos avanzar, ajustándonos a la coyuntura, dialogando, explicando y negociando, formulando argumentos y buscando soluciones en consenso; ajustando trayectorias, velocidades y metas. Siempre preservando el destino final, que es el igualitario bien común de nuestros pueblos, de nuestros países”, destacó.
Por su parte, los presidentes de ambos países, Jair Bolsonaro y Mario Abdo, hablaron muy superficialmente de la futura revisión del Tratado y del Anexo C. Según la agencia EFE, realizaron una “breve declaración conjunta” sobre las futuras negociaciones de Itaipú en 2023, y de la lucha contra el crimen organizado que afecta a la región.
Añade que Abdo Benítez urgió a su homólogo a acelerar los pasos previos a la revisión del Anexo C del Tratado, relativo al costo de la energía.
Energía excedente
El encuentro Bolsonaro-Marito no sirvió para que el mandatario paraguayo hiciera algún reclamo a su par brasileño, como la relacionada con la posición asumida por Eletrobras, que presiona a la ANDE a contratar menos energía excedente de Itaipú. Esto, transgrediendo acuerdos firmados en el 2006.