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Desde la semana pasada ABC Color intenta tener acceso a los estudios de factibilidad que, según el MOPC, aseguran que el trazado con que se convocó a la última licitación es el ideal.
Hasta ahora no nos lo han remitido. Todo lo que facilitaron es un estudio de tráfico de 30 páginas en el que se detalla la cantidad de vehículos que circulan por Artigas diariamente y las proyecciones para los próximos años.
Ahora que el MOPC informó sobre la cancelación de la última adjudicación a las empresas T y C y CDD, y anuncia que llamará a licitación en el primer trimestre de este año para la construcción de la obra, la cartera tiene en sus manos la responsabilidad de realizar estudios serios que determinen cuál es el trazado ideal y cuáles serán los accesos que más servirán a la ciudadanía, considerando la realidad de las avenidas paralelas y cómo se proyecta que será una vez que esté concluida la avenida Costanera.
Una de las principales objeciones al proyecto anterior es la inclusión de un acceso a la Costanera por la calle Lombardo, que no se justifica, porque no reducirá la distancia que les tomará a los conductores incorporarse a la avenida Costanera. Ellos bien podrían continuar por la avenida Artigas hasta alcanzar el próximo acceso, pues el trayecto es más corto.
En la infografía que acompaña esta nota se observa que en una circunferencia, si el radio es la distancia comprendida entre la intersección de Artigas y Lombardo y esta última con la Costanera, como se ve en el plano, a los conductores que circulan por Artigas con dirección al centro de Asunción les convendría mucho más continuar por Artigas hasta alcanzar el acceso por la calle San Estanislao, que les sacará directamente a la Costanera y les ahorrará tiempo y distancia.
Entre Lombardo y San Estanislao hay una distancia de solo 1.300 metros, cuando la salida a la Costanera por Lombardo el MOPC estima que tendrá un total de 2.080 metros (más de dos kilómetros). Hoy, en línea recta el recorrido en GPS marca 1.800 metros.
Como si fuera poco, la construcción de este acceso, cuya utilidad el MOPC todavía no ha podido explicar, tendrá un costo aproximado de US$ 5 millones.
Indemnizaciones
No menos importante es el hecho de que la calle Lombardo después de Artigas es un estrecho camino de tierra totalmente ocupado por viviendas, algunas de material y otras más precarias.
Los pobladores allí ya anunciaron que no se irán sin una indemnización que consideren justa. Por tanto, los montos por compensación también pasarán a encarecer el proyecto, en caso de persistir la intención de convertir a la calle Lombardo en un acceso a la avenida Costanera.