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El locote se encuentra prácticamente inaccesible para los consumidores, señaló el vendedor Robadín, que trabaja desde hace décadas en el Bloque A del Mercado Central de Abasto. El precio de la hortaliza hoy es de G. 12.000 por kg para mayoristas y en el caso de los minoristas cotiza G. 15.000 y más.
En otras temporadas, cuando la cantidad ofrecida en el mercado es mayor, el precio del locote oscila entre G. 5.000 y G. 6.000 el kg. Pero ahora no solo hay poca producción local sino, además, se encuentra terminantemente prohibida la importación en este rubro.
Otro producto que también registró un gran encarecimiento es el tomate, muy demandado por los consumidores. El precio hoy es de G. 160.000 por cajón de 15 a 18 kilos.
Según lo explicado, en el área minorista, el precio que no perjudicaría ni a productores ni a compradores sería alrededor de G. 5.000 el kilo, pero ahora cotiza al triple, hasta a G. 15.000 el kg.
No es una cuestión de patriotismo y de comprar solo hortalizas nacionales, indicó Robadín, sino simplemente se trata de tener el producto, no importa de dónde venga. “Yo no puedo quedarme sin mercadería. No puedo decirle a mis clientes que no poseo por una prohibición del Gobierno”, subrayó el comerciante.
Para el mismo, en nuestro mercado no existe realmente el libre comercio. Al menos eso lo demuestra la situación de prohibición en la entrega de las Acreditaciones Fitosanitarias de Importación (Afidi) por parte del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave).
Lo peor es que los que terminan pagando “los platos rotos” son las amas de casa, los consumidores en general, añadió Robadín, ya que por los altos precios compran menos de lo que desean, o directamente dejan de adquirir el producto. En este caso, los comerciantes también se ven sumamente perjudicados por la caída en las ventas.
Otros problemas
En otro orden, Robadín hizo referencia a algunos problemas que afectan la actividad comercial en el Abasto. Se trata del mal funcionamiento del semáforo ubicado sobre Calle Última, en la entrada del mercado, así como el pésimo estado del asfalto. “Se arma un caos en el tráfico”, se quejó, pidiendo una solución urgente a las autoridades.