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El mismo dijo que el objetivo es que los pequeños productores puedan disponer de los beneficios que otorga la biotecnología como herramienta para una mejor producción del textil.
La propuesta de insertar los genes BT (resistencia a tres tipos de orugas) y RR (resistencia al herbicida glifosato) data de varios meses atrás, y actualmente el borrador de convenio está siendo analizado.
Con relación a la soja, recordemos que el IPTA lanzó en marzo de este año las variedades CM 255 RR, genéticamente modificada, y la convencional CM 422 “Milagrosa”, resistente a la roya asiática. Esta última fue desarrollada en forma conjunta entre el Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y el MAG.