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Destacó que la ganancia promedio que dejó la soja durante las dos campañas fue de US$ 700 por hectárea y que en la actual campaña el margen se reduciría a US$ 287 por hectárea. Estimó que la sumatoria de esas ganancias generó al sistema financiero nacional un exceso de liquidez muy grande.
“Están pasando cosas llamativas, la cantidad de contratos futuros cerrados para la soja es mínima, casi no hay, la gente hace el contrato para entrega a futuro, pero no cierra precio o no hace directamente. Pero lo interesante es que hay mucha disponibilidad de físico que está impactando en el resto de la cadena agrícola”, añadió.
Agregó que, en consecuencia, algunas empresas internacionales se están retirando del negocio del acopio de granos y que, en contrapartida, hay empresas paraguayas que se están incorporando a esa actividad o que están creciendo, en una suerte de redistribución.
En relación a la ganadería dijo que las estadísticas de faenamiento ya son muy superiores a las registradas antes del evento de aftosa de setiembre de 2011. Opinó que el precio de la carne bovina, desde el punto del vista del productor, está muy sostenible, porque en 2015 se reabre posiblemente el mercado europeo y se está conversando con EE.UU para la exportación de la proteína roja a su mercado, destacó.
Señaló que las buenas perspectivas ganaderas y el aumento de los precios de las tierras están haciendo que el confinamiento surja cada vez más como una opción para generar mayor producción y renta en los campos ganaderos. “Nuestra perspectiva para el año que viene es que sería un buen año agrícola desde el punto de vista productivo, también creemos que va a ser un buen año para la carne, que el gasto público en inversiones y rutas se empezará a ver a partir de 2015”, concluyó Ferreira.