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Uno de los sistemas más comunes de almacenamiento de agua es el aljibe, que en el Chaco paraguayo tiene una dimensión de dos hectáreas y que despierta el interés de productores de Argentina y Brasil para copiar la particular técnica para juntar agua.
“Nuestro modo de operar se basa en las características del árbol samu’u, una especie arbórea de la región que junta el agua de lluvia en su tronco formando lo que pareciera una panza, para autoabastecerse de agua en los tiempos de sequía. Ese árbol ‘panzón’, como se lo llama, es parte de la vegetación nativa de este suelo árido”, manifestó el ingeniero forestal, Stefan Isaak, de la Cooperativa Neuland.
Explicó que se cava en una superficie de dos hectáreas para formar una curva de nivel y en su centro se junta el agua de lluvia (las pocas veces que hay precipitaciones), como también se bombea agua de algún tajamar hasta la represa. Una vez retenida el agua en el aljibe, se transporta a través de camiones cisterna o sistemas de cañerías hasta la ciudad, en donde se trata el agua con modernos equipamientos de filtrados para su posterior consumo y utilización.
Las represas tienen alrededor de 68 millones de litros de agua de lluvia y abastecen a 3.000 personas.