Indefinición en arbitraje expone a la EBY a perder unos US$ 900 millones

En un litigio por asuntos contractuales pendientes, las Empresas Reunidas Impregilo-Dumez y Asociadas para Yacyretá (Eriday) reclaman unos US$ 900 millones, de los cuales solo el 20% sería legítimo. Según la propia binacional, el caso se encuentra “en la nebulosa”.

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Empresas Reunidas Impregilo-Dumez y Asociadas para Yacyretá (Eriday), la Unión Transitoria de Empresas (UTE), conformada por las firmas que se encargaron de construir las obras civiles principales de Yacyretá entre 1984 y 1997, presentaron un paquete de reclamos a la binacional.

El litigio se había originado a mediados de los años 90; pero, ante la falta de acuerdo entre las partes, se decidió someterlo a la Corte de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional de París, el 18 de noviembre de 2002. Según los datos, el consorcio Eriday-UTE presentó ante el Tribunal Arbitral una demanda por un monto de US$ 792.800.000, que con los intereses, a la fecha sumarían cerca de US$ 900 millones. En los últimos días surgieron versiones de que habría un fuerte lobby del entorno cercano al presidente argentino Mauricio Macri para lograr un arreglo y mencionaron que, en su momento, incluso Eriday-UTE ya habría aceptado bajar sus pretensiones para asegurar el pago.

Consultado al respecto el asesor jurídico de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), Luis Canillas, explicó que existe una propuesta pero que “está lejos de acercarse a cualquier realidad”. Con respecto al arbitraje, confirmó que el mismo está parado desde el 2012 por falta de árbitros. Según las normas de arbitraje, la EBY debe designar uno, Eriday-UTE otro y un tercero, por la CCI.

El último árbitro que representó a la EBY en el caso fue el Dr. Enrique Sosa Elizeche, exministro de la Corte Suprema de Justicia, quien confirmó a ABC Color que se desempeñó como árbitro durante dos años, entre 2010 y 2012, pero que debió retirarse por motivos de salud. Explicó, que fue el único árbitro paraguayo que representó a la EBY, ya que los anteriores fueron argentinos. Explicó que se trata de un tema bastante complicado, en el que se deben dirimir 36 cuestiones de distinta índole, cuyo expediente tiene unas 200.000 fojas y, en general, los escritos presentados tenían unas 400 fojas. Recordó que el caso incluso llegó a judicializarse en la Argentina, cuando por una medida cautelar se suspendió el proceso. “No tengo noticias de cómo está actualmente el arbitraje, pero hay solo dos maneras de solucionar este conflicto: uno sería por medio de un acuerdo entre las partes, pero este procedimiento nunca pudo realizarse por temor a sus posibles consecuencias políticas. la otra sería por un laudo arbitral, que de hecho, ya estaba en una etapa a punto de dictarse”, recordó.

La dudosa deuda se triplicó

El contrato inicial entre la EBY y el consorcio Eriday-UTE fue por US$ 1.400 millones en 1983, pero debido al atraso del proyecto la contratista de obras civiles, en realidad, recibió un total de US$ 1.878 millones.

Posteriormente, Eriday-UTE presentó a la EBY su reclamo por asuntos contractuales pendientes, referentes a algunos beneficios otorgados a sus obreros durante la ejecución del contrato, que la entidad aceptó solo en parte. Sin embargo, el reclamo que inicialmente rondaba los US$ 200 millones, para 1995 se triplicó y pasó a los más de US$ 700 millones, cuyo pago deben dirimir en un arbitraje.

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