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El sacerdote español Martín Rodríguez es cura párroco de puerto La Victoria, a orillas del río Paraguay. Lleva seis años viviendo en la comunidad que sigue siendo conocida como Puerto Casado, a pesar del cambio oficial de nombre.
El padre Rodríguez niega enfáticamente que exista un problema religioso en La Victoria, a raíz de la presencia de la Iglesia para la Unificación del Cristianismo Universal, que ha adquirido las tierras que pertenecían a la firma Carlos Casado SA.
"Mienten los que dicen que hay un problema religioso. La religión no tiene nada que ver; lo que tenemos entre manos es un problema social y laboral", sostuvo el sacerdote, a quien entrevistamos en la casa parroquial de La Victoria.
El cura es uno de los principales críticos que tiene la secta Moon en La Victoria. En los cuatro días que estuvimos en la localidad no pasó una mañana sin que la radio comunitaria, que pertenece a la parroquia, realizara fuertes cuestionamientos a la secta de origen coreano.
"Quieren engañar a la opinión pública diciendo que dan trabajo a la población. Presentan muchos proyectos, pero no camina ninguno. Ahora mismo se tendrá una disminución en los puestos laborales", agregó nuestro entrevistado.
En opinión del sacerdote, la Iglesia Católica tiene la obligación de acompañar al pueblo en una lucha que es justa. "La culpa de todo la tiene Casado SA, que luego de años de explotación dejó al pueblo casadeño en la miseria, que aumenta con la presencia de la nueva empresa. Detrás de la presencia de la secta Moon se encuentra el proyecto de instalar una colonia coreana y sacar definitivamente a los casadeños del lugar. Este es el proyecto real; lo demás es pura pantalla", dijo con énfasis.
Una opinión muy diferente tiene José Pujol, gerente general de la empresa Victoria SA, que administra los bienes adquiridos por la secta Moon. "Tenemos un tiroteo continuo y sistemático de la Iglesia Católica, mientras la secta Moon opta por un silencio total. No se puede hablar de guerra de religiones, porque eso significaría que ambas partes se encuentran en beligerancia, y únicamente la jerarquía católica lanza sus dardos", opinó Pujol.
Recordó el administrador de los Moon la fuerte presencia de la radio comunitaria. "No pasa un día sin que Victoria SA sea atacada. La parroquia utiliza la radio que le pertenece para llevar a cabo un hostigamiento permanente", agregó Pujol, señalando que la empresa es propietaria de 504 mil hectáreas, no de 800 mil hectáreas, como sostuvo el sacerdote Rodríguez.
En opinión de Pujol, los directivos coreanos de Victoria SA no actúan en forma fría, como empresarios que tienen como finalidad exclusiva obtener renta de la inversión: "Tienen proyectos concretos para ayudar a la gente, porque no se puede olvidar que también es una forma de presentarse como gente solidaria con las necesidades de la población casadeña. Si dan las espaldas a los habitantes, serán válidos los ataques de la jerarquía católica".
La parroquia de puerto La Victoria no se limita a cuestionar la presencia empresarial de la secta Moon en la comunidad. Tanto el cura párroco como las hermanas misioneras participan activamente de las actividades organizadas por una comisión de autoridades y vecinos que tiene como objetivo lograr la expropiación de 158 mil hectáreas de la propiedad de la secta.
"Cuando salió Casado SA, todo se vino abajo. No se tienen tierras, estamos en propiedad de la secta Moon y todo se prohibió a la población. Ni siquiera se puede buscar leña. El único espacio que tiene el pueblo para ir al río es el puerto. Todo lo demás se encuentra alambrado", denunció el padre Rodríguez.
La falta de tierra se considera como el causante de todos los males que afectan a la comunidad de La Victoria. El casco urbano es de apenas 262 hectáreas y todo lo restante es propiedad de la secta Moon, excepto dos fracciones de 1.200 y 900 hectáreas, que fueron entregadas por Casado SA al municipio local. El punto clave es determinar si la entrega de tierras es suficiente para sacar a una comunidad de la miseria.
De momento, aunque la jerarquía católica habla de solidaridad social con los casadeños, la sistemática persecución a la secta Moon en el Alto Paraguay mueve al convencimiento de que en realidad el trasfondo de los cuestionamientos es religioso.
PROXIMA NOTA: Reivindicación de los pequeños ganaderos