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El privilegiado horario de Alberto Cañete, quien funge de presidente de la Coordinadora Colorada de Petropar (se desconoce quién lo eligió, aseguran sus compañeros) va de 6:00 a 12:00, cuando el horario para los demás se extiende hasta las 15:30.
Su condición política es la única razón para obtener el salario nada despreciable de G. 9.800.000, y considerables aumentos, como aconteció durante la administración anterior de Rómulo Campos, echado de Petropar por la sobrefacturación de garrafas, ocasión en que recibió un “incentivo” de G. 1.500.000 de aumento, sin haber sido promocionado a ningún cargo, lo que en su momento provocó la indignación de sus compañeros en Villa Elisa.
Supuestamente ocupa el cargo de asistente en el sector vigilancia, pero según fuentes que consultamos (sus compañeros de Villa Elisa, en donde se encuentra la exrefinería de Petropar), prácticamente no se lo encuentra en su lugar de trabajo, porque se pasa más tiempo en la Junta de Gobierno, o en su domicilio particular.
También gran parte del día se pasa en las redes sociales desde donde lanza improperios contra los que piensan diferente, expresaron otros funcionarios consultados, quienes pidieron el anonimato.
De acuerdo a las mismas fuentes, el “trabajo” de Cañete más bien se centra en agresiones verbales, como la imagen que acompañamos con este material, que fue lo que escribió ante una información de nuestro diario sobre la presencia del titular de Petropar, Eddie Jara, durante un mitin político desarrollado en una seccional colorada de Villa Elisa, en donde se manifestaron a favor de la enmienda para la reelección presidencial, que viola la Constitución Nacional, según los juristas.