Cargando...
Alberto Pantoja, especialista en producción y protección vegetal, dijo a Efe, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Alimentación, que ese tipo de iniciativas tiene un efecto “dinamizador” a nivel local al garantizar mercados a los pequeños productores.
Experiencias similares en otros países de la región demuestran su potencial, según la FAO.
Pantoja apuntó que, en Brasil, un 58% de la leche, un 50% de la carne de ave y un 50% de la carne de cerdo que compra el Estado proviene de pequeños productores.
El gobierno del presidente Horacio Cartes ha aprobado un decreto que simplifica los trámites para que los agricultores se conviertan en proveedores del Estado, aunque no establece ninguna obligación o incentivo económico para que las entidades públicas compren a los campesinos en lugar de a grandes cadenas.
Ese decreto abre el camino para que entidades como alcaldías, cárceles y comisarías adquieran alimentos de esa forma.
Su puesta en marcha también permitiría elaborar las comidas escolares a base de frutas y verduras frescas, en lugar de emplear insumos procesados, que son menos saludables, destacó Pantoja.
Aliciente
El experto indicó que la creación de un mercado público para los productos del campo supone un aliciente para que los jóvenes se queden en el área rural, en lugar de emigrar a la ciudad.
Además, mantiene el conocimiento colectivo sobre el cultivo y uso de plantas tradicionales, añadió.
Los departamentos de Misiones y Paraguarí han comenzado a aplicar el sistema simplificado de compras establecido por el decreto presidencial.
La FAO promueve la creación de asociaciones campesinas para reunir de forma colectiva suficiente producción para abastecer a entidades públicas.
En Paraguay, más del 80% de las explotaciones agropecuarias son pequeñas propiedades familiares, según datos de esa agencia de la ONU.
No obstante, muchos de los agricultores padecen ellos mismos inseguridad alimentaria, porque producen solo para autoconsumo y cuentan con tierras de menor calidad, en comparación con la que ocupan los latifundios, explicó Pantoja.
La FAO cree que el Estado debe intervenir facilitando tecnología de cultivo, capacitación, semillas y acceso a los mercados.