Familiares de los Matalón están interesados en recuperar restos

Los familiares de Enrique Matalón están interesados en recuperar los restos humanos y repatriarlos en caso de que se encuentren en la zona del Illimani. Aunque dudan de que se produzca este hallazgo, por las circunstancias en que se dio el accidente, también abrigan una leve esperanza para que puedan depositarlos en la tumba simbólica que tienen en Asunción.

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En el cementerio Israelita del Paraguay solamente se conserva una tumba "simbólica" con una placa que recuerda a Enrique Matalón, su esposa Letizia Ullón y sus hijos Enrique, Vicente y Letizia Arlette.

Sus nombres comparten la lápida del precursor de los Matalón en nuestro país, don Teófilo Matalón, un inmigrante judío israelita que había llegado hacia 1910.

Con el hallazgo de los restos del Boeing 727 de Eastern Airlines en que salieron de Asunción el 1 de enero de 1985, los familiares abrigan una leve esperanza de que se encuentre algo más del fuselaje del avión que había penetrado en el glaciar.

"El avión no explotó, pero se incrustó en la nieve. El combustible estaba impregnado en toda la zona y eso prueba que no se encendió. Por tanto, si quedó allí algo debe haber, pero es muy difícil asegurarlo", comentó a ABC un miembro del entorno familiar.

Recordó que, al producirse la tragedia, habían ido a Bolivia llevados por la compañía y ya existía mucha disparidad de criterio en torno a la recuperación de los cuerpos. Algunos socorristas decían que solo debían rescatar a alguien que encontraran con vida y en el caso de los cuerpos se requería la autorización de los allegados, participación del Ejército y toda una serie de trámites engorrosos. Sin embargo, los familiares consideraban que los mismos socorristas podrían bajar los restos en caso de que los encontraran.
"Naturalmente queremos recuperar los restos para colocarlos en la tumba. Pero como el fuselaje estaba enterrado como cinco metros en la nieve que queda formando una gruesa y dura capa encima, es casi imposible. Es una zona de difícil acceso. Apenas pudimos estar unos 15 minutos en el área del accidente porque costaba respirar y el olor a combustible dificultaba más. Vimos las pieles de lagartos y cueros de serpientes. Inclusive, se ha hecho una filmación de todo aquello", explicó al pintar el panorama que encontraron.


LA SUCESION

Sobre la sucesión y la herencia, nuestra fuente aclaró que ya se ha finiquitado todo hace cuestión de diez años. "No existe ningún litigio en prosecución", afirmó.
La empresa familiar "Casa Enrique Matalón" continúa con el mismo nombre en poder de los sucesores en línea directa de Enrique Matalón. Es decir, lo heredó su hermana Rebeca y sus sobrinos. La parte que corresponde a la esposa, Letizia Ullón de Matalón, quedó en poder de su hija Sonia Otilia Cabrera Ullón, quien actualmente vive en Inglaterra.


LA QUINTA MATALON

La residencia abandonada de la Avda. Sacramento, que estaba en construcción al momento del accidente, es propiedad de varios socios y nunca ha sido terminada. Enrique Matalón pensaba instalarse en la casa.

El inmueble forma parte de la antigua Quinta Matalón que en sus inicios contaba con tres hectáreas que se fueron fraccionando y vendiendo con el tiempo.

Cuentan que don Teófilo había construido una enorme piscina en el predio, a orillas del arroyo Mburicaó, con todas las instalaciones necesarias para que los asuncenos de la época practicaran allí natación. "Era un señor muy generoso y prácticamente toda Asunción aprendió a nadar allí", recuerda una conocida de la familia.

ESPOSA DE PINOCHET

Existen versiones de que la casa estaba en la mira de la esposa del ex dictador chileno Augusto Pinochet, Lucía Hiriart de Pinochet, quien la quiso comprar. Se comenta que la ex primera dama habría preguntado por la propiedad en uno de sus viajes a Paraguay, pero quedó en una expresión de deseos porque Enrique Matalón no quería venderla.
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