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En 2008, la economía subterránea se encontraba en 30,7%, en 2009 pasó a 38,1%, hasta llegar en 2012 a 41,9%, según la investigación realizada en forma conjunta por la UNA, la Asociación Prodesarrollo Paraguay y el Instituto de Economía Sostenible.
La publicación se denomina “Economía Subterránea: El Caso Paraguay”, realizado por Julio Fernández F., Cíbar R. Granada y Héctor Corrales como coordinador del proyecto.
Explica que el trabajo utiliza diferentes enfoques metodológicos para estimar el tamaño de la economía oculta o subterránea en Paraguay. “Las técnicas empleadas se sustentan en lo que en la literatura se conoce como el método indirecto de estimación y que comprende al enfoque del Insumo Físico, al enfoque de demanda por transacciones (o enfoque Monetario) y al enfoque del Mercado Laboral”, indica.
Añade que, conforme a estos enfoques y utilizando datos trimestrales, desde el primer trimestre del año 1995 hasta el tercer trimestre de 2012 se obtuvieron resultados que, en promedio, ubican el tamaño de la economía oculta en Paraguay entre el 30% y 42% del PIB.
Sostiene que este porcentaje está dentro del rango estimado para América Latina, conforme con el trabajo presentado por Friedrich Schneider en 2008.
El estudio revela la importancia que tiene la participación del sector externo en la economía paraguaya y señala que la suma de exportaciones (que incluye reexportaciones) más las importaciones representa más del 90% del PIB. “Paraguay tiene una economía muy abierta”, sostiene, y agrega que una parte importante de la economía subterránea estaría explicada por el comercio.
Añade que tener una buena estimación del tamaño de la economía oculta es de importancia superlativa a la hora de diseñar políticas públicas; en este sentido, considera que esta aproximación al tamaño de la economía subterránea, en términos globales, puede considerarse como un avance muy significativo para orientar nuevas investigaciones que permitan desagregar, por un lado, qué porción de los más de 10.683 millones de dólares corresponde a actividades relacionadas con delitos como el contrabando, falsificación, piratería y otros susceptibles de potenciar las recaudaciones fiscales; y por otro lado, qué porción corresponde a actividades relacionadas con la criminalidad, como tráfico de drogas prohibidas o el lavado de dinero.
Actividades ilegales
El estudio señala que, en general, el término de economía escondida o subterránea se encuentra relacionado con las actividades ilegales o a actividades que no están controladas por la ley, incluyendo la piratería, la falsificación, el narcotráfico y sobre todo la evasión de impuestos.
Estas actividades, además, implican para las empresas que participan de ellas la obtención de ventajas diferenciadas frente a las responsabilidades y requerimientos que las empresas formales deben cumplir; en este sentido es fundamental identificar y tener cuantificado el tamaño del sector subterráneo de la economía, apunta el análisis.