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Miguel Candia tiene más de 45 años de experiencia en el sector aeronáutico. Durante 12 años presidió las compañías Líneas Aéreas Paraguayas (LAP) y su sucesora TAM Mercosur. Se declara un “privatista de primera línea”, pero advierte sobre los nefastos resultados de las privatizaciones que dejan cuestiones estratégicas para el país, en manos extranjeras.
Para él, TAM es el mejor ejemplo de ello. “A ya varios años de haberse constituido como una compañía cuyos aviones tienen matrícula nacional, actualmente no posee ni un solo ejecutivo o directivo paraguayo”, dice.
Con respecto a la alianza público-privada que se constituirá para modernizar la principal terminal aérea del país, el especialista sostiene que por tratarse de un tema estratégico para el país “debe ser mirado con otros ojos”.
“La aviación y la aeronáutica en general pertenecen al campo estratégico de una nación, por lo tanto, la privatización de cualquiera de sus empresas debe ser mirada con otros ojos. Los ojos de la estrategia nacional”, dijo.
APP a destiempo
Para Candia, el transporte está directamente relacionado al desarrollo económico, y es este último factor el que determina que exista mayor o menor demanda.
En ese sentido, fue tajante al asegurar que el proyecto de modernización del aeropuerto, por vía de la APP, no puede asegurar que se duplicará la cantidad de pasajeros como dice la propaganda gubernamental.
Todo lo contrario, si se amplía el aeropuerto a una capacidad que el desarrollo actual no justifica, el resultado puede ser nefasto.
“Las aerolíneas vienen cuando hay pasajeros y cuando los aeropuertos les ofrecen costos razonables. Si se invierten 150 millones de dólares en una ampliación, los costos operativos van a subir y para las pocas compañías que hoy operan en el país podría no ser un negocio”, explicó y puso el ejemplo del Uruguay, donde el producto interno bruto (PIB) duplica al del Paraguay y su cantidad de pasajeros al año, por ende, también. “Si yo tengo baja actividad económica y un aeropuerto caro, estoy muerto”, aseguró con énfasis el entrevistado.
Finalmente, reflexionó sobre la evidencia de que un aeropuerto caro, en definitiva, es un lujo que nuestro país aún no puede darse.