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La última variación en el diésel se registró el 19 de enero último, cuando Petropar anunció la suba de G. 5.600 a G. 5.830 por litro, aunque en la práctica terminó vendiéndose a G. 5.860, porque la estatal no consideró el margen que percibe la cadena de comercialización del combustible.
La reducción en el precio del gasoíl coincide con la tendencia alcista en el tipo de cambio, por lo que la disposición sorprendió a todos, ya que solo ayer la moneda norteamericana volvió a trepar 30 puntos.
La medida adoptada ayer por Escobar sería una “cortina de humo” en momentos en que su gestión es duramente atacada en las redes sociales, tras conocerse el nepotismo que impuso en el ente con el reciente nombramiento en la estatal del novio de su hija, sin haber participado de ningún concurso de méritos y aptitudes como exige la Ley de la Función Pública. Escobar lo ubicó como funcionario permanente en la petrolera, con cargo de jefe, lo que implica, además del buen salario, otras tantas ventajas adicionales, como ser cien litros de combustible gratis, entre otras.
La ciudadanía evidenció también su indignación en las redes por otras incorporaciones que Escobar realizó en Petropar, al contratar no solo a sus familiares directos sino también a toda la parentela de su presunta amante, a la que también ascendió meteóricamente y con alto salario, luego de haber ocupado el cargo de telefonista en la planta de Troche (Guairá). Ingresó igualmente a la planta alcoholera al hermano de la mujer y mejoró con el dinero público el salario que percibe el padre de ambos, que también trabaja en Troche.
A los ya citados se suman otros 180 funcionarios que fueron contratados a principio de este año. Escobar dice que ingresaron dichas personas porque “hay funcionarios que se jubilan en Petropar”. Sus “argumentos” no convencen para nada, porque apenas se jubilaron entre 4 a 5 funcionarios y sin embargo contrató a 180.