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El ritmo de crecimiento de la deuda externa de Paraguay está generando preocupación en diversos sectores de nuestra sociedad, lo que amerita sumergirnos en los datos estadísticos para conocer su evolución desde 1960, es decir, 55 años atrás (ver cuadro principal). Para acortar, tomemos solamente el período democrático iniciado en 1989 con la presidencia del extinto general Andrés Rodríguez, que tomó la posta con una deuda heredada de su compadre el también ya desaparecido general Alfredo Stroessner, de US$ 2.076 millones, para reducirla hasta US$ 1.217 millones en cinco años, con una política que, como se podrá notar, se centró en pagar los compromisos contraídos en el exterior.
Rodríguez fue el presidente que en términos nominales más servicios de capital e intereses pagó. En un solo año cubrió, en esos conceptos, US$ 629.356.000.
En el periodo 1993-1998 el ingeniero Juan Carlos Wasmosy incrementó de US$ US$ 1.217 millones hasta US$ 1.599 millones, aumentando US$ 382 millones, aunque pagó más de US$ 800 millones durante su gobierno.
Posteriormente, durante el periodo de Raúl Cubas Grau, completado por Luis González Macchi (1998-2003), la deuda externa pasó de US$ 1.599 millones a US$ 2.477 millones, con un crecimiento superior a los US$ 873 millones, con una fuerte influencia de los famosos “bonos chinos” por US$ 400 millones. En ese tiempo se honró la deuda por unos US$ 1.000 millones. Entre 2003 y 2008 Nicanor Duarte Frutos bajó más de US$ 193 millones, luego de pagar cerca de US$ 1.500 millones durante su mandato.
Entre 2008 y 2013 en época de Fernando Lugo, cuyo periodo fue completado por Federico Franco, la deuda creció más de US$ 390 millones y se pagaron unos US$ 1.500 millones.
Ahora, con Horacio Cartes, en solo dos años de mandato, ya se contrataron más de US$ 1.600 millones, de los cuales sobre gran parte este gobierno pagará solo intereses, porque el componente más pesado (capital) lo “chutó” 30 años hacia adelante, que equivalen a seis gobiernos siguientes.
La estabilidad macroeconómica, nuestra buena calificación de riesgo país, el crecimiento del producto, entre otros, son mencionados insistentemente por el Gobierno como factores que abonan ese escenario de raudo endeudamiento. Sin embargo, la limitada capacidad de gestión del Estado para el buen uso de esos fondos debilita dichos argumentos.
A nivel mundial
Desde 2007 la deuda global a nivel mundial no ha dejado de crecer, y lo ha hecho a un ritmo también preocupante. En 2014 el pasivo global total (de gobiernos, empresas y hogares) alcanzaba los 199 billones de dólares, 57 billones más que en 2007, de acuerdo con un informe del McKinsey Global Institute. Eso supone cerca de 27.500 millones de dólares por cada habitante del planeta.